La Semana Santa es sinónimo de vacaciones para muchos estudiantes laguneros
TORREÓN, COAH.- Es época de “guardar”, dicen los abuelos y las personas mayores. Nos hacen comer guisos especiales porque la carne roja no está permitida. Por ello, es común que cuando hablamos de la Semana Santa, rápidamente nos asaltan los recuerdos del pipián, las tortitas de camarón, las torrejas y la capirotada.
Para otros, la Semana Mayor se asocia con unas merecidas vacaciones, luego del diario trabajar que desde inicios de año, sólo se vio interrumpido por el “puente” del cinco de febrero y del 21 de marzo. Pero hay quienes sí viven la tradición y cumplen con su religión, asistiendo a las eucaristías especiales del Jueves y Viernes Santo, la misa de gallo del Sábado de Gloria y la del Domingo de Resurrección.
Y los jóvenes, ¿qué opinan de esta celebración? El Siglo de Torreón entrevistó a cinco estudiantes de periodismo de la Universidad Autónoma de La Laguna (UAL), quienes compartieron sus ideas acerca de la religiosidad.
Arlenne Torres Espinoza recuerda que desde pequeña le inculcaron cada una de las tradiciones de la cuaresma, aunque confiesa que con el paso de los años las ha ido dejando de lado. “A lo que sí voy todavía es a la misa de gallo del Sábado de Gloria, porque para mi familia es la más importante y vamos todos”.
Cuando Arlenne piensa en la Semana Santa, el primer recuerdo que le viene a la mente es la visita a los Siete Templos el Jueves Santo, cuyo significado le explicaron sus padres cuando era muy niña.
“Yo creo que ya no son los mismos intereses, por eso se ha ido perdiendo la tradición; antes iba porque me decían que tenía que ir, pero ahora voy cuando me nace, cuando realmente tengo ganas”.
Aparte del significado religioso, la Semana Santa también se relaciona con las vacaciones para Arlenne. Por lo general, viaja a una playa o a visitar a sus familiares en otros Estados de la República. “El año pasado fui a mi casa de campo en La Concha”.
Para Arlenne, la cuaresma “es una época de reflexión acerca de tus actos, y de recordar el sacrificio de Jesús por nosotros”.
Por su parte, Alejandra Ortega Acosta no acostumbra asistir a las celebraciones religiosas de estas fechas, pues no es una tradición común en su familia. Aunque, aclara que trata de ir seguido a las misas de los domingos.
Más que con la religiosidad, esta temporada está asociada con las vacaciones para Ale, quien afirma que Sonora y Chihuahua son los destinos que acostumbra, ya que allá viven algunos familiares.
En esta ocasión no saldrá de la ciudad, y recuerda que la última vez que viajó en Semana Santa fue el año pasado, cuando visitó a sus hermanos en Ciudad Juárez.
“Yo creo que el verdadero significado de la Semana Santa debería ser la paz; creo que es una conmemoración solemne por la crucifixión de Jesús, en la que la familia debería estar más unida y en armonía”.
En cambio, Pamela Rodríguez Venegas cree que Semana Santa es sinónimo de vacaciones y descanso de las tareas escolares. Es raro que acuda a las misas tradicionales, más bien acostumbra salir de vacaciones.
Monterrey y McAllen son los destinos elegidos para esta ocasión, ya que van a visitar a los abuelos y a su demás familia.
Entre sus recuerdos de la niñez sobre esta temporada, Pame recuerda el Viacrucis, al que la llevaban sus papás.
Aunque en su hogar no se acostumbra preparar las “siete cazuelas” el Viernes Santo, confiesa que le gusta mucho el pipián, los nopales y las tortas de camarón, platillos que sí se elaboran ese día.
Pamela opina que el verdadero significado de la cuaresma se ha ido perdiendo con el tiempo, y que éste debería ser “la reflexión acerca de la resurrección del Señor, sobre lo que hizo por nosotros”.
Para Jessica Karime Ramírez Contreras, la Semana Santa “es un tiempo para reflexionar acerca de nuestras acciones, es una oportunidad de acercarnos a Dios por medio de las oraciones y la meditación, y más que nada se trata de reflexionar sobre el daño que le hacemos a nuestros semejantes y cómo reparar ese daño”.
Desde niña, los padres de Jessica le inculcaron las tradiciones y creencias de la religión católica, y de hecho estuvo en un colegio de religiosas. “Al principio vas a misa porque no tienes otra elección, porque te dicen que tienes que ir, pero ya de grande tu decides, y a mi si me gusta ir y lo sigo haciendo”.
Su familia es muy devota, y prueba de ello es que siguen la creencia de que es una época de guardar, y por lo tanto no viajan durante la Semana Mayor. Además, acostumbran preparar las siete cazuelas: lentejas con trocitos de pan, capirotada, huanzontles, nopalitos, pipián, torrejas y garbanzos.
El recuerdo más vivo de las tradiciones de Semana Santa de Jessica, es la representación del Vía Crucis en el rancho San Antonio del Coyote: “Me impresionaba ver los azotes que le daban al que la hacía de Jesús, era tan real. Los romanos me daban miedo, pero a la vez coraje de que le estuvieran pegando’’.
Para finalizar, Leonor Adriana Gómez Barreiro opina que se ha ido perdiendo el verdadero significado de la Semana Santa, ya que debería ser una época para pensar en nuestras acciones, y cómo van a afectar a los demás.
No acostumbra ir a celebraciones religiosas, pues para Leonor es más importante seguir sus creencias personales.
Si llega a salir de vacaciones, viaja a alguna playa, pero en esta ocasión no tiene contemplado todavía si saldrá a algún lugar.
La tradición en México
La Cuaresma, que simboliza la renovación de la humanidad misma, está regida por el calendario litúrgico de la Iglesia Católica, por lo que sus fechas son movibles; varían en sus inicios entre finales del mes de marzo y principios del mes de abril de cada año.
Una de las festividades típicas en México es la que se efectúa el Viernes Santo en la ciudad de San Luis Potosí, conocida como la Procesión del Silencio. El pueblo sale a la calle a presenciar el desfile de encapuchados, diferentes cofradías de hombres y mujeres, y la exposición de grandes imágenes que muestran las etapas del sufrimiento de Jesucristo y la Virgen María.
Es célebre la procesión de Taxco, Guerrero, en la que participan muchos paisanos lacerándose, en penitencia por los pecados cometidos y en busca de recibir la gracia de Cristo que rememoran.
En poblaciones indígenas es común la celebración con danzas de moros y cristianos. En la Ciudad de México, la celebración más espectacular se realiza en el Cerro de la Estrella. Los vecinos de Iztapalapa montan allí, año con año, la dramatización de toda la pasión de Cristo, con guardias “romanos”, martirio y crucifixión.
En Torreón, los fieles se reúnen en torno al Cristo de las Noas, en donde la mañana del Viernes Santo grupos de jóvenes que se prepararon con un año de anticipación, escenifican la Pasión de Cristo.
EL VERDADERO SIGNIFICADO
El Jueves, el Viernes y el Sábado Santos o Triduo Pascual, son los días de renovación a través de la búsqueda y muerte de Jesús. Son de liturgias especiales y no se ofrecen misas personales de ningún tipo.
DOMINGO DE RAMOS: Con esta celebración comienza la Semana Santa. Los ramos son el signo de la participación gozosa en el rito procesional, expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, que va hacia la muerte para salvación de todos los hombres.
JUEVES SANTO: Se abre el Triduo Pascual con la eucaristía vespertina y se recuerda la Cena del Señor con los 12 Apóstoles.
VIERNES SANTO: Es el día de pasión y muerte del Señor y del ayuno pascual, como signo exterior de participación en su sacrificio. No es día de llanto ni de luto, porque Cristo no es un vencido, sino un vencedor.
EL VIACRUCIS: Es el recorrido que hace Jesús coronado de espinas, cargando el travesaño donde será clavado, hacia la cima del monte del Calvario. En ese camino Jesús recibe los azotes e insultos de la guardia romana, cae exhausto en tres ocasiones y vive además el inmenso dolor de su madre, María, y de María Magdalena.
SÁBADO DE GLORIA: Es el día de la sepultura de Jesús y de su descenso al lugar de los muertos, es decir, para liberar a las almas que moraban ahí. Es el día de espera litúrgica por excelencia, de espera silenciosa junto al sepulcro: El altar está desnudo, las luces apagadas, pero se respira un ambiente de fervor, paz y esperanza.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN: Es el día de mayor júbilo porque Jesucristo vuelve desde la muerte. Aparece más tarde en distintas ciudades, ante algunos de sus seguidores, a quienes pide que prosigan con la realización y difusión de su mensaje. Así concluye la Semana Santa.
FUENTE: Universidad de Guadalajara (U de G).