“Nos gustaría saber un poco más de usted para completar nuestro expediente. Nos gustaría ayudarla a que aprenda a ayudarse a sí misma. Eche un vistazo a su alrededor, todo lo que hay son miradas compasivas. Dése una vuelta por los jardines hasta que se sienta en su casa”, dice la segunda estrofa de la canción de Paul Simon y Garfunkel, escrita para la película El Graduado.
Es cierto que nos gustaría saber un poco más para completar nuestro expediente, pero no de Mrs. Robinson de la que se enamoró el joven universitario, sino de Carlota Robinson Kauachi “la clave del tránsito de Vicente Fox a la presidencia y del presunto financiamiento de su campaña con recursos del extranjero”.
¿Quién es esta rubia enigmática de 46 años que vive en el departamento 601 de estilo sumamente lujoso de 200 metros cuadrados, en la calle de Patricio Sanz número 45, en colonia Del Valle de la Ciudad de México? ¿Quién es esta mujer tan misteriosa visitada regularmente por el millonario Lino Korrodi y con quien dicen incluso pasa algunas noches sobre todo las de luna llena? Escóndalo en un lugar oculto al que no vaya nadie nunca. Póngalo en la despensa al lado de los bizcochos caseros. Es un secretillo, no es más que el escándalo de la Robinson. Lo más importante de todo es que lo mantenga en secreto para los niños. Dice la canción de la película El Graduado. Sin embargo la señora Robinson no suele ocultar a Korrodi en la despensa. Más bien lo que acostumbra su visitante es disfrazarse con la ayuda de un bigote y una barba en forma de “piochita” tal y como lo vio Víctor Gamboa reportero de Radio Centro. Dicen que desde que se empezó a escuchar el nombre de Carlota Robinson en los medios informativos, ya casi no sale de su departamento en donde vive con su hermana. Las “güeras”, como todo el mundo las conocía antes del escándalo eran muy, muy pobres, pero últimamente, dicen que se les ha visto manejar automóviles último modelo, así como el de Korrodi que es un Jaguar último modelo color dorado. Salvo algunas salidas ocasionales, las güeras prácticamente no ven a nadie, ni mucho menos, hablan con desconocidos. Sentada en un sofá el domingo por la tarde asiste al debate de los candidatos. Ríase de ellos, gríteles, pero cuando hay que hacer su elección, lo mire por donde lo mire, saldrá perdiendo, cantan Paul Simon y Garfunkel refiriéndose a su Mrs. Robinson. También imaginamos a la nuestra sentada en su sofá domingo, tras domingo, mientras se entera, por la prensa, acerca de las últimas investigaciones del caso de Los Amigos de Fox.
¿Por qué se ha dudado tanto de la verdadera existencia de “esta rubia de los cheques de seis cifras”, como han llegado a llamarla en la prensa? ¿Por qué muchos testigos del caso Los Amigos de Fox, insisten en decir que no conocen a ninguna Carlota, más que aquella que fue esposa de Maximiliano? ¿Por qué hasta sus parientes más cercanos se niegan hablar de ella? ¿Por qué José Woldenberg, presidente del IFE, le advirtió al consejero electoral Jaime Cárdenas hablar sobre el tema de Carlota? ¿Por qué si la revista Proceso número 1337 del 18 de junio del 2002, publicó una exhaustiva investigación de la Señora Robinson, se sigue especulando acerca de su verdadera identidad?
*Gracias al espléndido reportaje de Jesusa Cervantes y José Gil Olmos, sabemos que Carlota Robinson nació en el sanatorio Español de la Ciudad de México a las 22 horas del 22 de mayo de 1957. Sabemos que su madre, mexicana, Carlota Kauachi de Robinson, era ama de casa cuando la registró y “vivía con su esposo en la avenida Cuauhtémoc; Ricardo Robinson Gross, mexicano, quien en ese tiempo era empleado”. Así mismo nos enteramos que en su primera investigación el IFE, comprobó que el seis de abril del 2000, “en plena campaña electoral, Carlota Robinson llegó a las instalaciones de TV Azteca con tres cheques del banco IXE cada uno por 300 mil pesos. El total, 900 mil pesos, se aplicó al pago de spots a favor de Fox”. Por su parte Antonio Jáquez nos dice que: “Un estado de cuenta de Bancomer -a nombre de la Srita. Carlota Robinson Kauachi- muestra movimientos entre el cuatro de enero de 1999 y el 28 de abril de 2000. Las entradas sumaron 13.4 millones de pesos procedentes de tres empresas de Korrodi (Grupo Alta Tecnología en Impresos, K-Beta y St and K de México), de la persona física Lino Korrodi y de otras tres fuentes no identificadas, que depositaron en efectivo y a través de Banamex y Casa de Bolsa”. Igualmente Jáquez afirma que el 11 de julio de 1999, la empresa Frugosa giró un cheque por 1.08 millones de pesos a K-Beta. Poco después K-Beta desembolsó 935 mil pesos a favor de Carlota Robinson, según copias de 30 cheques de Bital en su mayoría por montos de 30 mil y 35 mil pesos fechados el 19, 20 y 21 de julio de ese año.
Pero ¿qué creen que pasó casi inmediatamente después?. El 21 y el 23 de julio, Carlota le transfirió 600 mil pesos a Edgar Cruz López -sobrino de Korrodi vía 15 cheques de su cuenta maestra en Bancomer por montos que van de 28 mil a 52 mil pesos. Cruz López cambió esos cheques por efectivo y luego le dio el dinero a Carlota.
Bueno pero hay que decir que así como el joven adolescente de la película de El Graduado se enamora de Mrs. Robinson (Ann Brencroft), tal vez el sobrino de Korrodi también se enamoró de la Señora Robinson mexicana. Para imaginar aún mejor esta posibilidad leamos cómo la describe un diario capitalino: “Carlota Robinson o Tita, como le gusta que la llamen, tiene 46 años de edad, aunque dicen que es come años y aparenta treinta y tantos. De acuerdo con la información recabada, mide entre 1.60 y 1.65 metros de estatura; es delgada, muy bonita, su pelo es castaño oscuro, pero actualmente lo tiene teñido de güero. Sus ojos son pequeños pero muy bonitos, de color verde, su cuerpo es atractivo, menudito, pero bien proporcionado; tiene cejas depiladas y manos y uñas finitas y bien cuidadas”. Líneas abajo el reportero concluye diciendo que Carlota es una ama de casa, soltera, sin hijos “y que su último empleo conocido fue como ejecutiva en la agencia de viajes Ultratur, entre 1988 y 1989, y que junto a su hermana Laura, tenían muchos problemas económicos antes de la campaña presidencial del 2000... De repente los vecinos comenzaron a observar que la vida les sonreía a las dos hermanas; no sólo se hicieron de vehículos lujosos, sino que remodelaron por completo su departamento... instalaron dos jacuzzis y muebles nuevos y hasta le cambiaron la puerta principal”.
Dicho todo lo anterior, reconocemos que tiene razón Alonso Lujambio, consejero electoral del IFE, al decir, que en relación a todo lo que se publicado recientemente respecto al “descubrimiento de Carlota Robinson por algunos medios mexicanos, la semana pasada, no es más que una estrategia “mediática y política” para desviar la atención, como declarara un diario capitalino. “... pero a nosotros no nos interesa lo anecdótico, porque eso sólo desvía nuestra atención del asunto crucial y no aporta datos a la investigación del posible financiamiento ilegal de la campaña de Fox”. Es cierto, acerca de Carlota, nosotros nos fuimos por lo anecdótico, no obstante, pensamos que es suficiente para percatarnos que el caso de Los Amigos de Fox es una manifestación más del NO, NO, NO, NO CAMBIO a pesar de que se trate de una suma mucho menor que la de PEMEXGate. Como bien dice el semanario en su portada: Carlota Robinson, pantalla para Fox.
No nos queda más que terminar con la última estrofa de la canción de una de nuestras películas predilectas.Y esto va por usted señora Robinson, Jesús la ama más de lo que usted cree. Que Dios la bendiga, señora Robinson, en el cielo hay un sitio para los que rezan...