La integración de las listas de aspirantes a diputados plurinominales, elaboradas e inscritas en el Instituto Federal Electoral, a partir de que en el Comité Ejecutivo Nacional se dijo que no se aceptarían presiones, arroja un resultado imprevisto: El reposicionamiento del actual dirigente partidista, Roberto Madrazo Pintado, como número uno para buscar la candidatura del PRI en las elecciones del 2006.
Véase si no. La mayoría de los candidatos que van a llegar a la Cámara por la vía plurinominal es gente de Madrazo. No aceptó labastidistas a los que de plano rechazó, dando lugar a que Arturo Montiel, gobernador del Estado de México, amenazara con desconocer a Madrazo, si no modificaba el enlistado dentro de las siguientes 36 horas; que obviamente transcurrieron sin pena ni gloria. Lo mismo, como si se tratara de una copia al carbón, sucedió en el Estado de Guerrero. Por cierto, una efeméride: A Montiel se le recuerda bailando a horcajadas en un mitin político con el entonces candidato a la presidencia Francisco Labastida Ochoa, lo que hizo evocar escenas descritas en la polémica obra literaria La Piel, del escritor Curzio Malaparte (1808-l957).
En Yucatán, Colima, Veracruz, y Quintana Roo, priistas manifestaron su inconformidad públicamente, lo que no impidió el registro de las listas. En el caso de Leonardo “La Güera” Rodríguez Alcaine, conocido por el uso de un lenguaje poco convencional, después de que en tono airado usó un término impublicable para el caso de que no pasaran sus protegidos, amenazando con renunciar al partido, a pesar de ser dirigente de uno de los pocos organismos sindicales que gozaba antaño de gran fuerza política, hubo de someterse a la voluntad del presidente del CEN del PRI.
La solitaria recomendación de la diputada Beatriz Paredes, con quien Madrazo compitió por la presidencia del PRI, fue desechada. Una vieja camada de representantes obreros, otrora poderosos, fueron enviados a acomodar sus anchurosas posaderas en la banca. A muchos ex gobernadores, que esperaban se les tomara en cuenta, para aparecer en las dichosas listas de candidatos de representación proporcional o plurinominales, se les cerró la puerta de fea manera, no obstante que algunos ocuparon secretarías de Estado.
He ahí el “punch” demoledor de Roberto Madrazo que está demostrando ser un fajador nato; enseñó un gancho al hígado que le hubiera envidiado José “Huitlacoche” Medel. No todo ha sido fácil ni lo será en el futuro. Tuvo que soportar un largo período en que unos cuantos gobernadores lo ningunearon, para sacar de nuevo su casta. Lo primero que ha logrado es darles una sopa de su propio chocolate dejando que esos mandatarios designaran en sus feudos a candidatos de mayoría, que comparados con los escogidos como pluris son unas chiruzas, que si de casualidad llegan a la Cámara se pasarán tres años sentados en sus escaños sin siquiera atreverse a levantar la mirada. En un reciente pasado algunos gobernadores priistas, hinchados de poder, se dieron el gusto de ir en contra de la pretensión que tenía Madrazo de llegar a la presidencia del PRI.
Lo primero que salta a la vista al leer los nombres de las famosas listas es que Madrazo, de golpe y porrazo, acaba, de una vez por todas, con los cacicazgos regionales. De las cinco listas, una por cada circunscripción, están seguros los diez primeros, quienes prácticamente tienen garantizada una curul en la Cámara de Diputados. La suerte de los demás enlistados dependerá del número de votos que arrojen las urnas en la elección de los diputados de mayoría. El presidente del PRI, Roberto Madrazo Pintado podrá decir: Alea Jacta Est, cuya traducción en castellano titula esta colaboración, que se atribuye a Cayo Julio César (101- 44 a. de J.C.) al atravesar el Rubicón, desafiando una ley expedida por el Senado Romano, lo que hizo en la guerra civil contra Pompeyo, al que combatió y derrotó. Ya se procedió el registro de las listas en el Instituto Federal Electoral por lo que podemos estimar que la insurrección, en contra de las listas, fracasó. Decisión arriesgada, que viene a comprobar, una vez más, que el mundo es de los audaces.