Nunca jugó algo de niño, no tuvo un entrenador como él, ahora en esa función; empezó a los 14 años, ya grande, lo que veía lo aprendía, era un jugador de los llamados libres; en un equipo con organización le fue muy pesado acoplarse, porque no había desarrollado esa capacidad, lo tuvo que aprender de grande.
Secundaria y Preparatoria la realizó en el Instituto 18 de Marzo, después de ahí se fue a jugar a Selección Laguna en el que obtuvo en Oaxtepec, Morelos, un tercer lugar nacional, de ahí se fue a Monterrey, Nuevo León a estudiar en el Centro de Estudios Universitarios (CEU) por espacio de un año, de ahí brincó al Tecnológico de Monterrey Campus Monterrey, en 1977 participó con la Selección Nacional en unos Juegos Centroamericanos; en 1979 se convirtió en profesional con los Lobos de la UAC; con Leñadores de Durango ganó el campeonato nacional del Circuito Mexicano de Basquetbol (CIMEBA), de ahí emigró a Soles de Hermosillo y Toros de Nogales en la Liga de la Costa del Pacífico, después regresó con los Algodoneros e Industriales de Gómez Palacio. En 1988 se retiró como jugador activo en un campeonato nacional celebrado en Tijuana, Baja California.
De su incursión en el basquetbol amateur señala que empezó a trabajar primeramente con niños, después, por los logros que tuvo, siguió en el medio, después porque se involucraron sus hijos y en la actualidad lo hace porque le gusta y se ha encariñado con los niños, es difícil trabajar con ellos, pero es parte de él, se siente comprometido con el basquetbol, ya que le dio viajes, comida, y a una persona con la que se casó.
Empezó a dar clases desde 1979 en el Parque Victoria, por hobbie y diversión con los niños, se requiere mucho aprendizaje, se debe saber que el niño es niño, saber cuál es la carga de trabajo, su resistencia, el volumen de trabajo, dosificar, porque después uno lo castiga, se lo acaba, lo quema y el niño a cierta edad se le terminan sus reservas energéticas y ya no va a tener un alto rendimiento.