La enfermedad manifiesta síntomas claros como tristeza, ansiedad y desesperanza
SUN-AEE
MÉXICO, DF.- Son muchas las personas que sufren el mal de la depresión en la soledad y la amargura; se trata de gente verdaderamente incomprendida que suele no saber que padece una enfermedad que ataca en todos los confines del planeta y que puede ser calificada como leve, moderada o grave.
De acuerdo con distintos estudios, este problema tiene muchas caras, pero hay síntomas claros que sirven para su diagnóstico, como estar triste, ansioso, con sentimientos de desesperanza, culpa, inutilidad y desamparo, así como pesimismo, insomnio y pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades, incluso, las sexuales.
La enfermedad, que tiene una tasa semejante a la de la ansiedad, empieza a ser reconocida ya como un problema de salud pública y de alta prioridad, por lo que los especialistas en siquiatría de todo el mundo trabajan en la investigación epidemiológica de esta área.
Los trabajos más conocidos han sido elaborados en países desarrollados, y se considera que uno de los más completos es el llamado Area de Contagio Epidemiológico (Epidemiological Catchment Area o ECA), en Estados Unidos, que sugiere que 4.4 por ciento de sus habitantes han experimentado un episodio depresivo mayor (11.5 millones de personas, aproximadamente).
En suelo mexicano
En nuestro país, uno de las pocas investigaciones al respecto es el Estudio de la Morbilidad Psiquiátrica en la Ciudad de México, cuyos resultados datan de 1996. El médico Jorge Javier Caraveo comenta que “a pesar del tiempo que ha transcurrido la muestra sigue siendo válida; sin embargo, sería interesante cotejar las cifras con una investigación más completa’’.
Esa encuesta incluyó mil 932 entrevistas (60 por ciento del total planteado) en individuos de entre 18 y 64 años, cuidando que el número de hombres y mujeres fuera equivalente.
Los resultados mostraron que la prevalencia (total de casos nuevos en un período determinado) de un episodio depresivo, leve, moderado o mayor, fue de 4.5 por ciento. También se pudo constatar que ocho por ciento de los encuestados habían presentado un episodio depresivo a lo largo de su vida y que 60 por ciento de éstos habían repetido la experiencia.
PRECISIONES
Se consideran tres tipos de depresión agrupadas bajo la categoría de trastornos afectivos: como depresión reactiva o neurótica, endógena y orgánica.
REACTIVA
Las depresiones reactivas son las más comunes y del tipo que a todos nos es familiar. No presentan ciclos temporales regulares, por lo general no responden a las terapias físicas (fármacos); no se hallan genéticamente predispuestas y sí responden a la terapia cognitivo-conductual.
Este tipo de depresión normalmente parece coincidir con un acontecimiento adverso de la vida, tal como la muerte de un ser querido, el divorcio, las desavenencias conyugales, los problemas económicos o los problemas de desempleo.
ENDÓGENA
Este tipo de depresiones son una respuesta a algún proceso endógeno o interno desconocido. Éstas no son desencadenadas por ningún acontecimiento externo; simplemente se abalanzan sobre la persona afectada. Por lo general presentan ciclos temporales regulares y pueden ser bipolares o unipolares. En la bipolar, el individuo pasa repetidamente de la desesperación a un estado de ánimo neutro; la unipolar consiste en una alternancia regular de desesperación y neutralidad, sin aparición de manía.
ORGÁNICA
Cuando se hace un diagnóstico de depresión es importante descartar las bases orgánicas, puesto que el efecto y la conducta depresiva están asociadas muchas veces a una lesión cerebral o a la acción de ciertos fármacos.