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MÉXICO, DF.- Eduardo Salazar agradece a Dios y a la Virgen de Guadalupe haber regresado con vida a México y estar nuevamente con su familia, después de haber pasado momentos difíciles en medio del ataque de las tropas estadounidenses a la capital iraquí.
Sin embargo, los recuerdos que dejó en Bagdad y sobre todo los "amigos iraquíes" que lo ayudaron a sortear 101 días en la capital, crearon una fuerte atadura en el periodista, quien aseguró que le gustaría regresar al lugar del conflicto "en algún tiempo".
Entrevistado en una sala de juntas de Televisa Chapultepec, Lalo, quien refleja tranquilidad en su mirada, dijo que su regreso al país árabe sería para saludar y agradecer a la gente que lo ayudó a él y su equipo a soportar los contratiempos que los bombardeos estadounidenses crearon y a sortear las carencias en lugares seguros de la ciudad.
"Me gustaría ir a ver a las personas con las que conviví todos esos días; dejé muchos amigos. Quiero saber cómo están y qué les ha pasado. Ojalá me pudieran acompañar Jorge Pliego y Alejandro Valerio (camarógrafo y asistente, respectivamente), si así lo desean.
"Quiero ir, porque vivimos el cambio en el lugar desde tiempo antes de que sucediera. Estuvimos cuando Saddam Hussein era todopoderoso y representaba una amenaza; después vimos al ejército estadounidense llegar y masacrar a gente inocente y buena", expresó.
Vestido con un traje azul a rayas (añorando quizá la ropa de reportero de guerra que usó durante su estancia en Bagdad), el periodista comentó sentirse orgulloso del trabajo que desempeñó, y aunque todavía no sabe si volverá a las "andadas" arriba del helicóptero de Televisa, está seguro de que su carrera dio un giro.
Después de arribar al Aeropuerto Internacional de la ciudad de México procedentes de Madrid, Eduardo Salazar, quien luce un rostro más regordete, y su esposa Oana Díaz recibieron una fiesta sorpresa en su casa, a la que acudieron familiares cercanos.
"Estaban mi familia y mis hijos, a quienes extrañaba. El encuentro fue especial. En cuánto llegué, Iñaki, mi hijo menor, me cuestionó por qué aventaban bombas en las ciudades y por qué la guerra era tan dura; todavía no entraba a la casa y estaba preguntándome por los niños que sufrían en Irak", señaló.
El llamado Reportero del Aire dijo que en la cena de recibimiento, lo que más gozó fueron los sopes, tacos y quesadillas potosinas, las que extrañó durante su ausencia, aunque "lo que más añoraba era ese calor de hogar".