AGENCIAS
WASHINGTON, EU.- Estados Unidos apoyó ayer al acosado presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada y advirtió que “no tolerará” ningún intento antidemocrático para derrocar a su gobierno, en medio de llamados crecientemente violentos para que renuncie.
“El pueblo estadounidense y su gobierno apoyan al presidente democráticamente electo de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada y sus esfuerzos por construir un futuro más próspero y justo para todos los bolivianos”, declaró el departamento de Estado.
“Llamamos a todos los bolivianos a rechazar una confrontación que puede llevar a la violencia y heridos”, dijo el portavoz Richard Boucher en un comunicado emitido luego de que Sánchez de Lozada reiterara que no renunciaría frente a las protestas que provocaron por lo menos 43 muertos en tres semanas.
“La comunidad internacional comprende y apoya los legítimos intereses de todo el pueblo boliviano y lo urge a expresarlos y promoverlos solamente por medios democráticos y pacíficos”, agregó.
“Todos los líderes políticos bolivianos deben expresar públicamente su apoyo al orden democrático y constitucional”, afirmó Boucher.
Más temprano el presidente Sánchez de Lozada, había afirmado que no renunciaría a su cargo, tras una reunión de gabinete y altos mandos militares, denunciando una conspiración de la oposición liderada por el líder cocalero Evo Morales y el jerarca de los campesinos aymaras, Felipe Quispe, en una rueda de prensa en la residencia presidencial.
“Yo no voy a renunciar”, sentenció el mandatario liberal de 73 años, mientras este conflicto social iniciado hace tres semanas ha dejado al menos 43 muertos y un número indeterminado de heridos, y la convulsión se extiende a las ciudades de La Paz, Oruro y Cochabamba.
“Bolivia está en peligro: acecha un gran proyecto subversivo organizado y financiado desde el exterior”, dijo el presidente, un empresario minero sin detallar la denuncia.
Morales, tras el mensaje presidencial, hizo un llamado radial a trabajadores para que “tomen las minas de Gonzalo Sánchez de Lozada”, refiriéndose a las empresas y yacimientos que el acaudalado mandatario posee en ese sector.
“El presidente tiene que irse. Después de semejante masacre, como la de ayer en El Alto, el pedido es: “!Fuera Goni!”, declaró Morales aludiendo a otro apodo del jefe de Estado, antes de la alocución del mandatario.
Las multitudinarias manifestaciones populares son en oposición a la venta de gas natural a ultramar si persisten las condiciones de beneficio para los consorcios petroleros extranjeros, que apenas dejarían el 18 por ciento del negocio para el Estado.
Sánchez de Lozada, en un intento por apaciguar los ánimos y tender un puente de conciliación con sus adversarios, suspendió ayer por decreto toda nueva exportación de gas boliviano mientras la sociedad no se pronuncie en un proceso de consultas y debates que concluirá el 31 de diciembre del 2003.
Un proyecto de exportación de gas por un puerto de Chile fue el detonante de las protestas, pese a que el gobierno no lo definió ni seleccionó esa eventual salida por ese país, que dejó a Bolivia sin costas marítimas a raíz de una guerra en 1879.
Sin embargo, Felipe Quispe, líder de los bloqueos campesinos que desde el 15 de septiembre se levantaron en la región andina, rechazó la propuesta del presidente como “una burla”.
“El decreto sobre el gas es un decreto. Uno más de los miles que nos han firmado los gobiernos. Los indígenas no dejaremos la lucha hasta que ‘el gringo’ se vaya a su país, los Estados Unidos”, declaró a emisoras radiales aludiendo a un apodo del jefe de Estado, quien vivió desde la niñez en ese país y estudió filosofía antes de enrolarse en la política boliviana.
Pierde apoyo
Sánchez de Lozada perdió ayer el importante apoyo político de su vicepresidente, Carlos Mesa, quien lo acompañó en el binomio electoral que lo llevó al poder hace 14 meses.
“No puedo aceptar que el gobierno plantee la respuesta al conflicto por la vía, simplemente, de la imposición de la autoridad, sin importarle el costo de vidas humanas”, declaró Mesa, un ex periodista y novato político independiente de amplio prestigio en sectores sociales y políticos del país.
El vicepresidente, de 53 años, aclaró que no pretendía renunciar a esa investidura ni a la presidencia nata que ejerce en el Congreso Nacional.
En un amago de fisuras en la coalición de cinco partidos que sustenta al gobierno, el ministro de Desarrollo Económico, Jorge Torres, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), renunció al cargo.
Pero el portavoz presidencial, Mauricio Antezana, aclaró que Torres esgrimió razones “estrictamente personales” para alejarse del gabinete.
Las protestas inmovilizaron ayer por completo a La Paz, la sede del gobierno, al producirse un paro de choferes del transporte público.
Grupos de manifestantes desplegaron marchas y algunos de ellos protagonizaban actos vandálicos en distintos sectores urbanos, que obligaron al desplazamiento de efectivos policiales y militares que los dispersaron en choques que dejaron una decena de heridos, según cadenas radiales.