EL PAÍS | AGENCIAS
JERUSALÉN.- Un niño de diez años y tres supuestos activistas palestinos murieron ayer en varias operaciones llevadas a cabo en Gaza por el Ejército israelí en represalia por los ataques perpetrados el día anterior por los radicales contra varios asentamientos de la zona.
El niño, Mahmoud Al Qayed, murió en el término municipal de Karni, al estallarle los fragmentos de un obús disparado por un tanque israelí mientras jugaba con unos amigos, entre unos olivares, tratando de localizar nidos de pájaros, muy cerca de donde se encontraba un grupo de familiares y amigos. Horas antes, en la misma zona, dos supuestos activistas armados fueron alcanzados por disparos israelíes y murieron en el acto, mientras caminaban a lo largo de la verja con la hipotética intención de saltar la valla y adentrarse ilegalmente en Israel. A estas muertes se le añadió la de un cuarto joven, cerca del campo de refugiados de Moghazi, donde se produjo un intercambio de disparos entre milicianos y soldados.
Todos estos incidentes se produjeron mientras representantes del campo pacifistas israelíes y dirigentes moderados palestinos se reunían en Jerusalén Este para dar los últimos retoques del plan de paz bautizado como Iniciativa de Ginebra. El plan ha recibido el apoyo de numeroso dirigentes internacionales, entre ellos el presidente francés, Jacques Chirac, el secretario general de la ONU Kofi Annan y el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, según aseguró ayer el ex ministro de justicia israelí, Yossi Beilin, uno de los promotores del documento.
Por otra parte, el diario Maariv publicó ayer una encuesta indicando una ulterior caída en la popularidad del primer ministro israelí Ariel Sharon. Señaló que apenas un 34 por ciento de los consultados se mostraron complacidos con el desempeño de Sharon, comparado con un 40 por ciento de una encuesta efectuada hace dos semanas. En cuanto al nivel de desaprobación, subió de un 54 por ciento a un 57 por ciento.
Desde que fue electo por una gran mayoría en febrero del 2001, Sharon ha disfrutado de fuertes niveles de aprobación, pese a la persistente violencia palestino-israelí, y a la recesión económica. Sin embargo, en recientes semanas, su popularidad comenzó a menguar.
El pueblo israelí se muestra crecientemente insatisfecho con las estancadas negociaciones de paz, con un desempleo que está en dobles dígitos, y con una economía débil.