Agencias
Río de Janeiro, Brasil.- El gobierno del estado de Río de Janeiro anunció ayer un plan de “tolerancia cero” contra el desorden urbano y la violencia, que comenzará a ser aplicado esta semana en el turístico barrio de Copacabana.
“Pienso que en los próximos 30 días, todas las medidas que fueron previstas ya habrán sido puestas en marcha”, dijo este lunes el secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro (y ex gobernador del estado), Antonhy Matheus Garotinho.
Más de mil agentes de la Policía Militar (PM) serán transferidos de varias ciudades del interior del estado a la ciudad de Río de Janeiro para auxiliar en la tarea de retirar de las calles a mendigos, menores de edad y miles de vendedores ambulantes.
“Cuando existe una situación de desorden en las calles, eso crea una sensación de inseguridad en la ciudad”, acotó Garotinho.
El secretario de Seguridad Pública anunció igualmente que mil 100 nuevos agentes de la Policía Civil iniciaron sus funciones ayer. Esos nuevos agentes serán destinados a la región más turística de Río de Janeiro, los barrios de la zona sur.
Garotinho adelantó que firmó ayer un contrato por valor de 100 millones de reales (unos 33 millones de dólares) con la operadora de telefonía Telemar, para instalar 500 cámaras de video en puntos estratégicos de la ciudad.
El barrio de Copacabana, el que más turistas recibe en Río de Janeiro, será el escenario donde esta semana el plan de “tolerancia cero” comenzará a ser aplicado.
En tanto, el Juez del 1º Tribunal de Infancia y Adolescencia, Siro Darlan, condicionó su participación en el programa a la adopción de programas sociales especiales para el trato de los menores de edad recogidos en las calles por los agentes policiales.
“El abordaje a los niños y menores de edad deberá ser respetuoso. Río de Janeiro precisa de ciudadanía, no de limpieza. Si solamente se los va a retirar de las calles, sin darles abrigo o trabajo, no vamos a participar”, dijo el juez Darlan.
Por su parte, los alcaldes de las ciudades del interior del estado de Río de Janeiro expresaron su preocupación ante la posibilidad de que, al reducir sus contingentes policiales para ayudar a la capital provincial, se verifiquen aumentos en la criminalidad.
“Nosotros sabemos que cuando cierran el cerco en la capital, los marginales huyen hacia el interior”, dijo el alcalde del municipio de Barra do Piraí, Carlos Baltazar.