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Las laguneras opinan.../Cultura ¿de todos?

Lucrecia Martínez

“Muchas veces el insecto

roe las flores hijas del verano,

aún antes de que el botón rompa”

Hamlet

El 31 de octubre pasado, tuvimos el privilegio de tener con nosotros al tenor Ramón Vargas, el gran intérprete del momento en una Gala de Ópera promovida por el Patronato de la Camerata de Coahuila. Con un teatro totalmente lleno y con un gran público ya conocedor de música, Torreón se engalanó y fue una noche recíproca, el tenor se dio y el público lo recibió y lo ovacionó; noche para recordar.

Coahuila, pero sobre todo Torreón debe estar muy orgullosa de los grandes elogios que recibió su orquesta por parte del tenor y él será portavoz en el mundo musical de los logros de un estado en México, un estado que, aún tan rico en historia y cuna de grandes héroes de nuestro país, pasa bastante desapercibido. Pues sí, este estado de Coahuila tiene una orquesta de calidad mundial. Definitivamente no existe mejor embajador que la cultura, porque ésta logra que penetre en el ánimo del otro, un idioma universal que no necesita traducción y que indica el nivel de educación que se tiene en ese lugar del que proviene; por más estadísticas que se llevaran necesitarían verificación, esto se constata ahí mismo.

Pero ¿cómo se logró esto? Tenacidad, seriedad calidad y formalidad desde el primero de los conciertos al último. Un proyecto cultural o de cualquier otro tipo, que no tenga los ingredientes antes descritos, es muy difícil si no imposible que sobreviva.

Pero aún tiene un gran camino qué recorrer, el que sea magnífica no significa que perdure, lo único que la haría perdurar sería su público, la dedicación de un patronato y la voluntad política.

Defender la cultura y promoverla es tarea de la sociedad y de sus gobiernos y en el caso antes descrito las cosas se han dado porque al menos en este sentido estamos todos de acuerdo, aunque al principio había quién le apostaba y casi deseaba que ésta no sobreviviera, tenemos una súper orquesta, pero ¿por qué no todos participamos? ¿Por qué siempre son cuatro o cinco empresas las que apoyan? ¿Porque son empresas grandes o ellos saben lo que esto representa para una ciudad? o tal vez se piense que se necesita mucho para aportar y que si se da menos es mejor no dar nada, o es ¿que hay un montón de instituciones mucho más necesitadas que requieren más de nuestro apoyo?

Tal vez, pero yo veo a todas estas asociaciones que también batallan y siempre están recurriendo a las mismas empresas antes descritas. ¿No será que hemos perdido la capacidad de ser solidarios con esto y aquello y que esperamos que las cosas se resuelvan por otro lado o desaparezcan las obras porque no es mi problema? No lo creo, tal ves no hemos sabido mover las voluntades en ese sentido, debemos retomar los sueños de los antiguos constructores de esta ciudad.

Si vemos la actividad cultural en esta ciudad, veremos que en muy poco tiempo hemos hecho muchísimo camino y en diez años más tendremos en nuestra ciudad, orquesta, teatros, museos, espacios culturales, escritores, músicos, bailarines, actores, pintores, etc. una gran cosecha de lo que con muchísima paciencia se ha venido sembrando los últimos años. Los jóvenes escritores en esta ciudad tienen cuarenta y tantos años, ¡por Dios! es por eso que se necesita trabajar muy duro, para que la brecha generacional se haga más corta.

Nosotros como ciudadanos debemos apostarle a la cultura como una educación para todos, la cultura nos hace mejores ciudadanos, buscar la belleza en todas sus expresiones es parte de la tarea del ser humano, la belleza es lo que más nos acerca a lo divino, desde luego realizar obras sociales es también el quehacer de un gobierno y de una sociedad, pero la persecución de la belleza aun en un parque, una avenida, una escuela influye en el ánimo de sus ciudadanos y la belleza nada tiene qué ver con el costo, puede ser caro y malo o feo.

La falta de compromiso ciudadano es lo que ha permitido que se cierren espacios culturales para orquestas, se destruyan bibliotecas y se derrumben hermosos edificios; porque tomar la responsabilidad de aportar apoyando otros esfuerzos que no son los nuestros, es algo que desgraciadamente nos resulta difícil; tendemos mil veces a descalificar aun antes de dar la oportunidad a que las cosas se cristalicen y nos sentimos ajenos y nunca orgullosos de lo mucho o poco que tengamos, las ciudades se sitúan en los mapas por sus muestras culturales, Torreón está renaciendo y la tarea es de todos, abracémosla y unamos esfuerzos en todos los sentidos. Amar una ciudad es amarnos a nosotros y a nuestros prójimos y así amar a Dios.

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