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Las laguneras opinan.../Ética política ¿la conocemos en México?

Ana Isabel Cobo Celada

Muchos mexicanos, los que somos simples mortales, en los últimos días hemos visto, oído y leído, a través de los medios de comunicación, noticias de acciones y declaraciones increíbles por lo aberrantes, llevadas a cabo por gobernantes y dirigentes políticos que en este momento tienen la responsabilidad de la conducción de nuestro país. A la mayoría, me encuentro entre ellos debo confesarlo, estas noticias nos han llenado de incertidumbre y desesperanza.

Por orden de aparición…, el “Jefe Diego” se dirigió a los medios informativos, para decirnos, de que lo estaba atacando a él en lo personal, el “fuego amigo”. Utilizó la metáfora de guerra que se estaba viviendo en ese momento, tan sólo con el sarcasmo que lo caracteriza: Sin dar nombres, sin dar explicaciones, sin precisar. Amedrentar era su objetivo. ¿A quién? Obviamente se estaba dirigiendo a Los Pinos; sin embargo, lo hicieron que guardara silencio sobre el tema y no se supo más; tan sólo nos quedó la duda si había arremetido contra el Señor Presidente o contra Marta Sahagún. Este silencio es muy grave para todos nosotros. Si el objetivo era el Señor Presidente, públicamente se le debe señalar y enseñar a Diego Fernández de Cevallos a respetarlo y a través de esta enseñanza y señalamiento, a todo funcionario público en general; sobre todo a los del Partido Acción Nacional, quienes por su falta de oficio en la acción de gobierno, no saben respetar las líneas de autoridad, hecho que confunden con democracia. Aunque se haya medido el costo político para el país, pasarle por alto al “Jefe Diego” tan grave falta de respeto, es desastroso y el tiempo lo dirá… y ya lo está diciendo, porque siguió su contienda con una cadena televisiva y con López Obrador. Su lengua y su soberbia son inmensurables; ya nos dijo que nos formáramos a todos los que no estuviéramos de acuerdo con él por que a los tribunales nos llevaría; espacio en donde él se siente el rey, y hay razones para ello. Primero porque es muy buen abogado y segundo por su tráfico de influencias; que aunque las niegue y le ayuden a negarlas, por su posición política, en este momento en México, no puede ser de otra forma… y él lo sabe muy bien.

Apareció en escena después la lista de candidatos para diputados plurinominales del Partido Revolucionario Institucional y con ella, el escándalo y la vergüenza por las declaraciones de los responsables de ellas. Los simples mortales no conocemos los criterios estrictos para escogerlos, pero sí los generales. Se supone que son espacios para equilibrar a los partidos políticos dentro de la Cámara de Diputados cuidando igual el equilibrio de representación de todas las entidades federativas y lo que es quizás más importante, equilibrar el conocimiento de la acción de legislar ya que se seleccionan o debieran seleccionar, personas cuya trayectoria política garantiza este supuesto, que requiere grandes cualidades, de las cuales está urgido el país, como es el conocimiento, el respeto y el consenso. Pero vemos que no fue así. Como corolario aparece en la toma de protesta de los listados, Roberto Madrazo diciendo que la puerta de ese partido se cierra para el que no esté de acuerdo con él. ¿Qué le pasa? ¿Quién le dio esa facultad? Pueden muchos priistas no estar de acuerdo con él y no por ello dejar su partido. La palabra partido, significa, la conjunción de las partes y por su propia naturaleza esta conjunción puede ser diversa y esa diversidad es necesario aceptarla y alentarla, de ahí la importancia de los consensos, indispensables en toda organización política. Otra vez la constante es la soberbia.

Apareció después López Obrador como el político actual con el mayor índice de aprobación por su actuar, y con la alegría de esta estadística la especulación sana sobre su nominación para el 2006 y nos contesta que lo “demos por muerto”. ¿Qué respuesta es esa para un país que está ávido de esperanza? Debe terminar la costumbre de nadar de muertito, ¿o no?

Por las declaraciones de todos estos gobernantes y dirigentes políticos tan importantes, vemos con profunda desesperanza, que no piensan en el país como proyecto y responsabilidad de su actuar, sino que, lo que mueve a cada uno de ellos es su agenda particular, llena de poder y soberbia. Necesitan urgente un curso de ética política, entendida ésta como la definen los que saben… “Parte de la ética que se ocupa de los principios o normas de acción que deben regir el comportamiento del político en su calidad de gobernante o legislador, responsable, en última instancia, del bienestar y seguridad de todos los miembros del Estado”. Necesitan nuestros gobernantes y políticos, la reflexión diaria que la ética política implica que sean respetuosos y tolerantes, con todos y cada uno de los que conformamos el Estado. Hablar políticamente, es hablar con conocimiento, con suavidad, con respeto, con humildad, con compromiso.

Pero bueno, así estamos y por lo pronto, al aquí y al ahora. ¡Hoy es Día de la Madre! ¡Qué lindo es tener mamá! Por lo mismo, ¡felicidades a todos por tenerla! Aun a aquellos a los que no la tenemos físicamente a nuestro lado, pero sí en la memoria; poderoso instrumento que nos da: Raíz, historia, recuerdos, y… nostalgia.

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