Por Cecilia Aguilar Acuña
El Siglo de Torreón
MATAMOROS, COAH.- Dos semanas bastaron para que los trabajos de reconstrucción del cárcamo ubicado en calle Juan de la Cruz Borrego y avenida Carranza, se vieran afectados por las lluvias que se presentaron la semana pasada, ya que no fue colocada la carpeta asfáltica y ocasionó que más de un automóvil se atascara en la maraña de lodo que ahí se formó.
Ismael Reyes Herrera, Eugenia Aguiñaga, Agustín Rangel de la Cruz y San Juana Tovar, en representación de un nutrido grupo de vecinos, notificaron su descontento porque el Sistema Municipal de Aguas Potable y Alcantarrillado (Simapa), no concluyó el trabajo, “lo dejó a medias y fue por esa razón que se destruyó”, afirman, para luego agregar: “que no hay presupuesto para la pavimentación, según dicen en Presidencia”.
Como se recordará, los vecinos de esta confluencia vivieron una problemática que se prolongó por varios días debido a que el cárcamo que ahí se ubica, cedió por los muchos años desde su construcción. Los vecinos convivieron con las aguas negras hasta que se vieron en la necesidad de hacer una mayor presión ante Simas, el Ayuntamiento y la Secretaría de Salud para que su petición fura escuchada.
“Batallamos mucho para que vinieran a arreglar este problema y estábamos contentos porque al fin nos habían escuchado los del Simapa, pero nunca pensamos que pudiera suceder lo que ahora vemos”, dice Eugenia Aguiñaga vecina de la calle Juan de la Cruz Borrego.
Y es que al visitar el lugar, es lamentable lo que ahí se aprecia: Pozos, montones de tierra, basura y grandes grietas en la superficie de tierra. Las alcantarillas repuestas, están quebradas debido al paso de automóviles y camiones pesados.
Según cuentan los vecinos el problema inició por las lluvias que se presentaron el pasado lunes, “pero lo grave se suscitó desde el martes, cuando por el paso de los automóviles y por la tierra mojada, permitió que cediera la superficie y que se formara un lodazal tremendo, donde más de una unidad motora, se atascó”.
Lo que les preocupa a los vecinos, es que nuevamente tengan que convivir con el cúmulo de aguas negras y los fétidos olores que de ésta emanan, “pues las alcantarillas que repusieron están quebradas y se notan profundas grietas en la superficie de tierra... quizá tengan que abrir de nuevo”, dice San Juana Tovar con notable preocupación.
La tierra que levantan los automóviles que no respetan los señalamientos de “prohibido el paso”, que fueron colocados luego de que el problema fue notificado a las instancias correspondientes por los vecinos, es un perjuicio para los habitantes de este sector, “pues ya estamos hasta el cuello de tierra y de tanto problema, no estamos pidiendo nada del otro mundo, es un derecho y ellos tienen la obligación de hacerlo”, dice Ismael Reyes Herrera, quien también agregó: “esto no es política, como siempre argumentan los de arriba, esto es un problema social”.