Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

Las Palabras Tienen la Palabra / El dinero no es la vida

Juan Recaredo

Aunque constantemente estemos despotricando (1) contra el “maldito dinero que nada vale” la verdad es que nos pasamos la vida correteándolo, y una grandísima parte de nuestras acciones giran en torno a este elemento que, aceptémoslo o no, es uno de los 3 motores que impulsan el avión de nuestras vidas como ya lo decía cantando hace siglos el tenor Juan Arvizu. (2)

Tres cosas hay en la vida

salud, dinero y amor

y el que tenga estas tres cosas

que le dé gracias a Dios.

El principal problema para gobernar es conseguir fondos suficientes para el erario. El erario es el fisco, el tesoro público, los dineros del pueblo, así que “de pasada” queremos pedir a los medios informativos que ya no digan “erario público” que es tremenda redundancia porque no hay erarios privados. Todos tienen qué ser públicos por lo tanto se cae en pleonasmo (o redundancia) al ponerle el adjetivo.

Siendo pues el dinero un bien tan apreciado, cuando por fin se tiene, el problema que sobreviene es ¿dónde guardarlo? Antiguamente lo que se buscaba para guardarlo, era básicamente seguridad. Ahora además de eso, se buscan los mejores rendimientos (2) así que para eso existen bancos, financieras, bolsas y todos los sistemas de inversión. O sea que el problema antes se reducía a ver dónde lo pongo para que no me lo roben.

Y como siempre el que tiene más dinero es el gobierno, entonces el tesoro público se guardaba en el templo que era el lugar más seguro. Así fue y llegó un momento en que el templo tenía su área dedicada a movimientos de dinero, que aquí está lo que se recaudó de impuestos, que necesito dinero para obras públicas, que préstame una lana para construir mi casa, y todo esos movimientos que genera el poderoso caballero Don Dinero.

Entonces en el templo pusieron una mesa baja a manera de lo que ahora llamamos mostrador para hacer todos esos movimientos y a esa mesa se le llamaba “banca” (3) porque la palabra originalmente no implica necesariamente que sea un lugar para sentarse.

Ya con esa explicación encontramos el tan buscado “por qué” de que se le llame banco a las instituciones que manejan las operaciones monetarias y terminamos el comentario con el canto del tenor de la voz sedosa:

El que tenga un amor

que lo cuide, que lo cuide.

La salú y la platita

que no la tire, que no la tire…

Hay qué guardar, eso conviene

porque el que guarda siempre tiene…

¿Dónde guardar esa platita?… pues en el banco, diría yo.

Por si las dudas

1. Despotricar. Hablar mal de algo o alguien, criticándolo severamente.

2. Juan Arvizu. Se le apodaba “el tenor de la voz de seda”.

3. Bancus. Banca en latín.

Pregunta: Me inquietó el artículo que habla sobre la patria, o como usted lo mencionó, el patria, pero quedé con una duda. Si dijéramos: el padre de la patria, estaríamos cayendo en un pleonasmo ¿no es así?, Aída Daniela Cuen Guerra.

Respuesta: No necesariamente. El hecho de que la palabra “patria” provenga del latín pater y la palabra padre también, no quiere decir que signifiquen la misma cosa. Dicho de otra manera: No nada más la patria tiene padre.

Frase loca... de remate

Dime con quién andas y si está buena me la mandas.

Escríbale a donjuanrecaredo@hotmail.com

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 41125

elsiglo.mx