Por Eunice Martínez Arias
El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- ¿De qué le sirve a Laura tener una de las mejores voces de La Academia, si nadie se interesa en ella?
Conforme avanza el tiempo, la originaria de Tijuana siente un poco de frustración y nervios. Muchas personas le han hecho el comentario que tiene mejor voz que algunos de sus compañeros del reality. Eso la llena de orgullo, pero no deja de cuestionarse por qué ninguna disquera ha tenido algún acercamiento con ella.
“Quiero pensar que hay algo muy bueno que me están guardando, que ellos (ejecutivos) por algo hacen las cosas. Realmente voy paso a pasito, a lo mejor no soy de las personas que les llega el éxito tan rápido, y eso es bueno porque el día que me llegue lo voy a valorar”, dijo vía telefónica desde la ciudad de México.
Si alguien ha sabido lo que es el cariño y desprecio del público, es precisamente Laura. Aún le duele hablar de la primera vez que ella y sus compañeros se presentaron en Monterrey. Todo el público la abucheó, la impresión que sufrió fue tal que cayó desmayada detrás del escenario. O qué decir del primero de diciembre en el Auditorio Nacional (día de la final de la primera generación). Al inicio del concierto pasaron videos de cada uno de los alumnos, cuando tocó el turno de Laura, los diez mil asistentes se volcaron en ella en chiflidos y abucheos. La razón: la veían como quien se interpuso entre Myriam y Víctor.
“No me gusta hablar de eso porque fue algo que me trajo mucho mal sabor de boca, pero es algo que ya superé. La gente ya no es así conmigo gracias a Dios, el público dio un giro muy radical.
No me fue muy bien la primera vez que fui a Monterrey pero las otras dos veces han sido totalmente diferentes, me reciben (la gente) casi como si hubiera sido finalista y eso me agrada porque todo lo hice yo solita con mi voz y con mi trabajo. Yo no salí triunfadora, salí cabizbaja y derrotada, pero en cierta forma poco a poco me he ido levantando”.
Pues sí, las cosas han ido mejorando, pero ¿qué pasó con Víctor? Cuando estuvieron dentro de La Academia resultaba más que obvio que la chica sentía algo más que amistad por él, incluso esa fue la causa de que se ganara el repudio de los seguidores de Myriam. Laura ha tenido que aguantarse tantas cosas, como declarar públicamente que todavía está enamorada de él.
-En este año que has vivido en México por lo de La Academia, ¿te has enamorado? “Sí me enamoré este año”, dijo sin dar más explicaciones.
-¿De Víctor? Tardó un poco en contestar. “Sí”.
-¿Ya no lo quieres? “Es un gran amigo mío”.
-¿Entonces sí lo quieres pero llevan una relación de amigos? “Ajá”.
Estaba un poco dudosa en contestar, pero Laura aseguró que no le es doloroso trabajar con Víctor porque sabe separar el sentimiento del trabajo, “soy una persona muy profesional”.
Su futuro es incierto, pero ni aún así Laura Caro Beltrán se siente derrotada. No todavía.
Contra corriente
El domingo pasado, Laura fue expulsada del Desafío de Estrellas. Ahora sólo le queda esperar qué le depara el futuro.
-Debido a los nervios y una alteración hormonal, la joven intérprete tiene severos problemas de acné, los cuales ya le están atendiendo. Le fueron recetados antibióticos y también comenzó un tratamiento para la neurosis.
-Piensa que Nadia se merece ganar el Desafío de Estrellas.
-Antes de entrar a La Academia, Laura trabajaba cantando en bares de Tijuana. Hubo un momento en que llegó a ganar más en su ciudad natal, que lo que le daban por cada concierto de la gira de La Academia, pero según dijo, ya está ganando mucho mejor. Además todos los gastos de comida y hospedaje corren por cuenta de Tv Azteca, incluyendo sus tratamientos de neurosis y acné.
-Lo más difícil que le ha pasado en todo este tiempo es haber dejado a su familia y desconectado de una manera rápida y brusca de ellos. “Pero no pasa nada, aprendí muchas cosas, a madurar”.
-Sigue manteniendo una buena amistad con Wendolee, a quien considera su mejor comadre, una persona muy sincera y con mucho talento. “Es una gran compositora y a mí me encantaría algún día cantar un tema de ella”.
-No cree que haya habido preferencia de la gente por los alumnos de la primera generación. “Hay momentos para cada quien”.
FUENTE: Investigación El Siglo de Torreón