Notimex
Nashvielle, Tennessee, EU- La delegación mexicana que asiste a la 42 Reunión Interparlamentaria con Estados Unidos aceptó que será sumamente difícil lograr un acuerdo migratorio antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2004 en este país.
Planteó que ante el actual clima político en Estados Unidos, que se mantiene enfocado en la seguridad interna y en la guerra contra el terrorismo, es poco probable que el Congreso adopte una reforma importante en materia de inmigración antes de ese proceso electoral.
Expresó que esos temas serán bandera política en la campaña presidencial del 2004 en esta nación, pero confió en que la presión de los empresarios estadounidenses e hispanos para avanzar en ese asunto permita lograr algunos aspectos positivos para los migrantes.
En el documento “Los pasos futuros en la relación Estados Unidos-México” que será analizado en el encuentro interparlamentario, los legisladores mexicanos destacaron que la llamada “enchilada completa” sobre la emigración es una meta inalcanzable.
No obstante, confiaron en que la puesta en práctica de la “Ley de Ensueño” impulsada por el senador republicano, Orrin Hatch, permita tener avances, porque de aprobarse, los gobiernos estatales ofrecerán una asignación a las instituciones de educación superior para los hijos de inmigrantes indocumentados.
En las condiciones actuales, subrayaron, los jóvenes hijos de no documentados deben pagar la cuota más alta debido a que no tienen residencia legal en Estados Unidos, y para la mayoría de ellos y de sus padres inmigrantes esa cuota es prohibitiva.
Los senadores y diputados mexicanos expresaron que ningún tema de la relación bilateral ha sido más afectado que la reforma migratoria, luego de los eventos terroristas del 11 de septiembre del 2001, la desaceleración de la economía estadounidense y el diferendo entre México y Estados Unidos sobre la invasión en Iraq.
Establecieron que para nadie resulta sorpresivo el creciente impacto de esos tres factores en la relación bilateral, pero señalaron que los inmigrantes mexicanos tienen un impacto dentro de la vida política, económica, cultural y social en los Estados Unidos.
En el 2002 la población de Estados Unidos sumaba 283 millones de habitantes, de los que al menos uno de cada diez era de origen mexicano y 8.5 millones de ellos eran nacidos en esa nación.
Finalmente, señalaron que la población que migra de México a Estados Unidos procede principalmente de entidades federativas de la región central y sur de ese territorio, donde ante la falta de oportunidades o la carencia de satisfactores mínimos, sus pobladores se ven obligados a buscar el llamado “sueño americano”.