Los Ángeles, EU.- Jennifer López y Ben Affleck no viven buenos momentos ni personal ni profesionalmente, ya que al fracaso de Gigli se suman las informaciones, desmentidas por el actor, de que tuvo un tórrido encuentro con una sensual bailarina.
La tormenta ha empañado las campanas de boda que estaban listas para repicar en honor de la pareja del año.
Tanto el semanario US como People publican en sus portadas los rumores de una posible separación, mientras que los críticos de EU siguen discutiendo si Gigli es la peor película del año o del siglo, como ha llegado a asegurar The Wall Street Journal.
El resultado de esta película no ha podido ser más penoso y después de tres semanas en los cines estadounidenses ha llegado escasamente a recaudar cinco millones de dólares en taquilla.
Valorada en unos 54 millones de dólares, esta producción ha venido a contar con unos cincuenta espectadores de media en cada una de las salas en las que ha sido estrenada.
Una cifra difícilmente comparable con la carrera de Affleck, que con Daredevil, su último estreno, recaudó 102.5 millones de dólares, o con la de López, que mediante Maid in Manhattan obtuvo para la taquilla 93.8 millones de dólares.
“Veo que todos los espectadores de Estados Unidos que han visto Gigli están esta noche aquí”, afirmó con buen humor el actor ante el pequeño grupo de admiradores que se dio cita en Nueva York.
Un humor propiciado por el hecho de que, si bien la crítica es unánime al censurar Gigli, nadie duda de que sus efectos en la carrera de ambas estrellas no pasará de ser una mera anécdota.
“López cuenta con su carrera musical y el público tiene poca memoria, así que, si a la próxima tiene un éxito, los espectadores volverán a adorarla”, declaró a la prensa un agente de Hollywood recordando que el musical Shall We Dance? puede ser esa nueva prueba de amor para la belleza boricua, mientras que para Affleck lo será Paycheck, su próximo estreno.
Algo más que buen humor será necesario para lidiar con los efectos de esta tormenta en la vida personal de una pareja tan apegada que ha sido rebautizada con el apodo conjunto de “Beniffer”.
De hecho, está siendo necesaria la presencia de abogados para aclarar las cosas en el terreno personal.
Las informaciones publicadas en la revista sensacionalista National Enquirer que hablan de un encuentro íntimo entre Affleck y una sensual bailarina para superar el fiasco de Gigli se han llevado a juicio.
Ni Affleck ni López son los demandantes, sino la bailarina Antonella Santini, más conocida por el nombre de “Felicia”.
De acuerdo con la publicación, que se mantiene firme en su historia, Affleck estuvo el pasado 17 de julio en la habitación de esta bailarina exótica en su club en Vancouver (Canadá), donde el actor está rodando su próxima película.
Sin desmentir esta parte de la historia, la demandante asegura que, muy al contrario de lo publicado, “no mantuvo relaciones sexuales con Affleck”.
“Fue todo muy normal”, subrayó en la revista US la dueña del club, Brandy Sarionder, quien explicó que, si bien “las chicas” estuvieron reunidas con este grupo hasta las dos de la madrugada, no hubo nada más que un poco de “diversión”.
Aunque Sarionder no es ajena al interés que este soltero de oro genera entre las mujeres, su historia subraya que Affleck estuvo oyendo música y hablando con el grupo, que también incluía a su compañero de reparto en Paycheck Christian Slater.
Un “pecadillo” que López recibió públicamente sin darle mayor importancia, aunque su respuesta también fue pública, con una noche loca por parte de la actriz, que aunque poco dada a ir de fiesta fue vista noches más tarde bailando en un club nocturno de Los Ángeles con uno de sus esculturales modelos. Affleck no estaba.
En medio de este ambiente, el futuro de la pareja parece más sólido en el terreno profesional que en el personal, aunque tan sólo hay un detalle seguro: que su próxima colaboración artística, en Jersey Girl, ha retrasado su estreno hasta el año que viene.