La Ley de Jóvenes es el primer ejercicio legislativo que se hace en Durango especificamente para ese sector de la sociedad; sin embargo, no se trata de un instrumento que va a resolver la problemática juvenil, sino que, además, se requieren voluntades y programas del sector público y privado que vayan encaminados a detonar las inquietudes de los muchachos.
Tras opinar lo anterior en entrevista para EL SIGLO DE DURANGO, Blas Rafael Palacios Cordero, diputado local del PRD –quien por cierto fue impulsor de la referida ley- estableció que las normas jurídicas existentes, incluyendo la Constitución del país, contemplan posibilidades de desarrollo para los jóvenes; sin embargo, puntualizó que no se detalla en las normas generales el derecho a la preparación académica, el derecho al trabajo, a la sexualidad, por ejemplo.
Palacios dijo que se necesita crear en Durango el Consejo Estatal de la Juventud, como parte de las disposiciones que contempla la Ley de Jóvenes recientemente aprobada en el Congreso del Estado.
Explicó que tal Consejo debe ser encabezado por el titular del Ejecutivo en el estado, y de ahí en adelante participarían dependencias del sector público, organizaciones del sector privado y de la sociedad civil que tienen directa relación con el quehacer de la juventud en el estado.
El perredista fue enfático al señalar que esta ley no va a resolver los ancestrales problemas que padecen actualmente los jóvenes, no sólo en Durango sino en el país, como el desempleo, falta de espacios de educación, la migración, drogadicción o la falta de orientación sexual. Empero, sí dijo que es un instrumento del que se puede valer el joven para exigir el cumplimiento de sus derechos mediante canales adecuados para la solución de sus quejas y su problemática.