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México, DF.- La industria restaurantera del país dejará de vender de 85 millones de pesos diarios con la aplicación de la ley seca que regirá de las 0:00 horas del próximo sábado a las 0:00 horas del lunes, debido a las elecciones del domingo seis de julio.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC), Rafael de Jesús Saavedra Álvarez, puntualizó que esa disposición es obsoleta y existe consenso con las autoridades federales y locales del país para promover su eliminación definitiva.
Entrevistado en el marco de la inauguración de la Expo Restaurantes 2003 que se realiza en el World Trade Center de la Ciudad de México, explicó que las pérdidas no sólo corresponden a la venta de vinos y licores en los restaurantes, sino a que la gente no concurre a ellos.
Señaló que la ley seca afecta directamente a 67 mil restaurantes que venden vinos y licores, y a casi 110 mil que junto con los alimentos venden cerveza y vinos de mesa en todo el país.
Saavedra Álvarez dijo que aunque el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) ordena que esos negocios deben estar cerrados, la CANIRAC acordó con las autoridades electorales el permiso para abrirlos.
Refirió que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) ya aprobó la eliminación de la ley seca y que a partir de octubre próximo esta disposición entrará en vigor.
Por ello, agregó, en las próximas elecciones en el Distrito Federal los restauranteros "ya no tendremos este problema", y confió en que pronto se tome la decisión a nivel federal para desaparecer esta ley. Al dar su mensaje ante los restauranteros, reunidos en la CI Junta de Consejo Nacional y Reunión Nacional de Presidentes en el auditorio del WTC, el presidente de la CANIRAC hizo comentarios sobre las elecciones del próximo domingo.
Dijo que nuestra realidad política nos obliga a ejercer el derecho de elegir con responsabilidad a nuestros legisladores y juzgó que no podemos permitir que el país siga estacionado en discusiones estériles de carácter partidista e incluso personales.
Destacó que es urgente llevar a cabo las reformas necesarias para contar con el marco jurídico que requiere el país a fin de avanzar, crecer y aspirar a un desarrollo sostenido; que facilite la competencia y promueva mejores condiciones de vida. Saavedra hizo un llamado a los tres niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, así como a los legisladores, para evitar toda medida que atente contra los empleos y las empresas formales, pues la competitividad es vital para crecer y conquistar mercados. Señaló que aunque el país avanza a nivel macroeconómico, la situación no se refleja en la micro industria y muestra de ello es la reducción del 21 por ciento en las ventas de la industria restaurantera entre 2001 y 2003.
Añadió que si consideramos una inflación acumulada de 14 por ciento en ese periodo, los restauranteros sólo han podido reflejar 11 o 12 por ciento en los precios, por lo que debieron absorber la caída de ventas y el índice inflacionario. Consideró que las empresas necesitan certidumbre, continuidad y estabilidad para planear a mediano y largo plazo, por lo que solicitó a las autoridades y a los legisladores reformas de fondo y que las políticas fiscales financieras y laborales no sufran ajustes cada año.
Saavedra advirtió que si llegara a aprobarse un nuevo gravamen, cuota o ajustes mayores en el costo de servicios e insumos vitales de la industria restaurantera, o bien cualquier medida que reduzca lo estrechos márgenes de ganancia, muchos empresarios preferirán cerrar negocios.
Recordó que el sector de restarurantes representa más de 221 mil empresas que generan más de 813 mil empleos directos y mencionó que el sector participa con el 2.38 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y con 23.6 por ciento del PIB turístico, sólo después del transporte.