La preocupación por la forma en que se están explotando los mantos acuíferos en el Valle del Hundido, continúa presente entre los coahuilenses en razón de que, al decir del gerente regional de la Comisión Nacional del Agua, Miguel Ángel Jurado, actualmente no hay forma legal de evitar que se siga extrayendo agua de manera indiscriminada, tanto porque es una zona de libre alumbramiento, cuanto porque no está comprendida en el decreto federal que estableció la veda desde el sesenta y cinco.
Aunque se siga insistiendo en que los mantos localizados en el Valle de Cuatro Ciénegas y los del Hundido no están interconectados y por tanto no hay peligro de que las pozas ubicadas en ese valle se sequen, los lugareños afirman que en él los niveles del agua en las pozas, que se encuentran catalogadas como únicas en el mundo por las especies endémicas que en ellas existen, han disminuido notablemente y no obstante lo que se pueda argumentar en contra, suelen saber más los campesinos que los técnicos de la CNA.
No es posible que un problema que se viene ventilando públicamente desde hace varios meses, a la fecha continúe en las mismas condiciones que cuando fue hecho del conocimiento de las autoridades federales, pues en tanto que éstas toman las determinaciones del caso, en El Hundido priva la anarquía; porque nadie sabe a ciencia cierta ni cuántos pozos existen ni cuál es el volumen de agua que se está extrayendo diariamente.
Si la ausencia de esos datos constituye un absurdo mayúsculo, más lo es el hecho de que el citado gerente regional declare que es posible que este mismo mes se emita el decreto de veda, pues cuando el Gobierno Federal tiene interés en un determinado asunto, un decreto de esa naturaleza puede ser elaborado de un día para otro, como sucedió con el que estatalizó la banca. Pero no se actúa igual, cuando se trata de proteger el medio ambiente, lo cual es lamentable.