Logran sentencia absolutoria porque no se comprobó plenamente que hayan participado en el sonado homicidio ocurrido en 1997
TORREÓN, COAH.- En libertad quedaron Jorge Ramón Terrones Aguilar, Juan Belmonte Rivera y José Antonio Herrera Belmonte, implicados en el homicidio de dos miembros de la familia Norman Ruelas, ocurrido en diciembre de 1997. La sentencia fue dictada por la jueza primera del Ramo Penal, María Mayela López Hernández.
Samuel Navarro del Río, secretario de Acuerdo y Trámite del mencionado juzgado, en ausencia de la titular, informó que la serie de contradicciones en que incurrieron los inculpados, además de las declaraciones preparadas y aleccionadas de un testigo de cargo, influyeron para que se dictara la sentencia absolutoria.
En las declaraciones de los inculpados, nunca se pusieron de acuerdo sobre quién fue quien jaló del gatillo de la pistola para ultimar a Socorro Ruelas Talamantes, de 52 años y su hijo Joel Norman Ruelas, de 22, la madrugada del 29 de diciembre de 1997.
Jorge Ramón Terrones Aguilar, “El Chato”; Juan Belmonte Rivera, “El Gortari”; José Antonio Herrera Belmonte, “El Che”, Pedro Luna Pacheco, “El Tatoon”, y Gustavo Valles Puentes, “El Hunter”, estos dos últimos sentenciados a casi 35 años de prisión, entraron al domicilio de los occisos para robar y finalmente los ejecutaron de un disparo en la cabeza, además de haber lesionado gravemente a Shirik Frank Norman Ruelas, entonces de 13 años de edad, con un tajo en el cuello con arma blanca.
Navarro del Río indicó que Mauricio Ramírez de León manifestó en su declaración como testigo de cargo que fue Edgar Juárez Marmolejo quien le comentó de los homicidios realizados y que había sido él (Edgar), quien hizo los disparos que segaron la vida de Socorro y Joel.
En tanto que dejaron mal herido a Shirik Frank, de una lesión producida por instrumento punzo cortante en el cuello logrando salvar la vida milagrosamente.
Posteriormente, Edgar Juárez Marmolejo declaró que en ningún momento había participado en el ilícito y mucho menos que haya disparado. Además, una de las cámaras fotográficas que se les encontró a los inculpados, no fue identificada como de su propiedad, por el único sobreviviente de la familia Norman Ruelas.
El crimen
El 29 de diciembre de 1997 en el domicilio de la familia Norman Ruelas, sito en calzada Saltillo 400 No. 131 de la colonia Torreón Residencial, dormían en sus respectivas habitaciones Socorro Ruelas Talamantes y sus dos hijos, Joel Norman Ruelas, de 22 y Shirik Frank, de los mismos apellidos, de 13 años.
Fue como a las tres de la madrugada cuando “El Hunter”, entonces de 24 años de edad, con casa en calle Otumbra No. 492 de la colonia Francisco Villa, en compañía de Jorge Ramón Terrones Aguilar, “El Chato”; Juan Belmonte Rivera, “El Gortari”; José Antonio Herrera Belmonte, “El Che” y Pedro Luna Pacheco, “El Tatoon”, entraron silenciosamente al domicilio de los occisos para apoderarse de diversos objetos.
Al parecer los moradores se percataron de la presencia de los ladrones y despertaron, por lo que al ser descubiertos, los maleantes los amarraron y los amordazaron, con el objeto de que no huyeran.
Sin embargo, como les habían visto la cara, con el objeto de que no los reconocieran y señalaran posteriormente, decidieron acabar con sus vidas, utilizando para ello una pistola con la cual se les hicieron sendos disparos a Socorro y Joel, a quienes les entró la bala por el parietal derecho para salirles por el izquierdo, en tanto que al menor de la familia, Shirik Frank, le causaron una herida con un cuchillo en el cuello en su intención de degollarlo, dejándolo por muerto pero en realidad sólo estaba mal herido.
Los objetos de los que se apoderaron “El Hunter” y sus compinches fueron un lote de valiosas joyas, así como varias cámaras fotográficas, video grabadoras y una camioneta Dodge Ram, pick up, modelo 1997, parte de lo cual, posteriormente se logró su recuperación.
En cuanto a la manera cómo se introdujeron al domicilio y que por un tiempo se dijo que traían llave, pues no se observaron forzaduras en las chapas de las puertas, Rodríguez González dijo que no se acreditó lo anterior, además que los detenidos manifestaron que llegaron y se metieron a la vivienda.
Tampoco se acreditó el argumento de que para obtener su confesión se había empleado la fuerza y la tortura, por lo que dicha versión no fue tomada en cuenta, sin embargo, el señalamiento directo de Jorge Ramón Terrones Aguilar “El Chato”, en el sentido de que Valles Puentes fue quien había disparado, coincidió con el resto de las declaraciones de los detenidos.