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SAN José, Costa Rica.- El líder sindicalista venezolano Carlos Ortega rechazó ayer los señalamientos por corrupción que le endilga el gobierno de su país al asegurar que el mayor corrupto en Venezuela es el presidente Hugo Chávez.
"El mayor corrupto que ha parido nuestra Patria es el propio Chávez y pagará con cárcel por eso", afirmó Ortega durante una rueda de prensa ofrecida en la casa del ex mandatario costarricense Luis Alberto Monge.
Aseguró que no tiene "nada qué temer" sobre las acusaciones en su contra.
"No tengo nada qué temer, no soy corrupto ni soy bandolero", dijo para afirmar que al contrario, "el gobierno está constituido por unos vulgares ladrones".
El dirigente opositor arribó la noche del jueves a esta capital tras lograr el salvoconducto que le permitió dejar la embajada de Costa Rica en Caracas, a la que ingresó el 14 de marzo alegando peligro de su vida.
"Creo que le soy más útil a mi familia y mi país vivo", dijo al contar que las amenazas de muerte iniciaron meses atrás, pero a pesar de las medidas de previsión la situación se volvió "insostenible".
También destacó que ese tipo de amedrentamiento no era sólo contra él, sino contra muchas personas, situación que adelantó, seguirá empeorando.
A pesar de sus fuertes declaraciones, Ortega señaló que no "está conspirando" y mucho menos violentando el acuerdo con el gobierno local sobre una aparente prohibición para dedicarse a actividades proselitistas.
"Nuestro mensaje no gira en función de incitar a la población de Venezuela a hechos de violencia", explicó Ortega.
Infiltrados cubanos
Entre las acusaciones que hizo contra el gobierno de Chávez, Ortega dijo que en las fuerzas militares hay cubanos y libios infiltrados; que las autoridades saben quiénes fueron los responsables de los atentados contra las embajadas de España y Colombia pero no lo divulga y que el mandatario "está comprometido con la narcoguerrilla colombiana".
"Este gobierno es un peligro no sólo para Venezuela sino para toda la comunidad internacional", agregó.
Finalizó pidiendo a las fuerzas internas de la Coordinadora Democrática "no desmayar, mantener la unidad, apartar cualquier diferencia personal o político-partidista... para que en el cortísimo plazo podamos salir de esta pesadilla en que vivimos".
También rechazó cualquier interés en aspirar a la presidencia de Venezuela así como la posibilidad que el gobierno de Chávez tome represalias contra Costa Rica por el asilo otorgado.
Ortega, de 56 años, es presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, que cuenta con un millón de miembros, y se mantenía prófugo de la justicia desde febrero anterior, luego que un tribunal ordenara su detención por su participación en el paro convocado por la oposición entre diciembre y enero para presionar la renuncia de Chávez.
Ortega y el líder empresarial Carlos Fernández fueron acusados de los delitos de rebelión civil, instigación a delinquir, traición a la patria, devastación y confabulación en grupo para cometer un crimen.
Ortega es el tercero de los opositores a Chávez que ha salido del país en condición de asilado.