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Liderazgo Empresarial/ Edmundo Mesta 'de vuelta a casa'

Por Socorro Muñoz Yáñez

El Siglo de Torreón

TORREÓN, COAH.- Cuando Olegario Vázquez Aldir, director general del Grupo Empresarial Ángeles le confirmó que estaría encargado de un hospital en Torreón se puso feliz, no sólo por el hecho de regresar a su tierra, sino por el proyecto encomendado.

Hoy Edmundo Mesta Casavantes tiene un objetivo: convertir a Ángeles de Torreón en el mejor hospital de medicina crítica del centro-norte del país, y dar un servicio regional con tecnología, calidad y calidez.

El reto es difícil, pues asegura que no existe un hospital especializado en Trauma uno (golpes, cortadas, daños súbitos y padecimientos críticos en todo el país).

El propósito del director general del Hospital Ángeles de Torreón es tener una supervivencia del 95 por ciento en los casos pediátricos, un 94 por ciento en el trauma cerrado en adultos y un 90 por ciento en los traumas abiertos. “Números que se oyen no muy ambiciosos, pero el Rocky Mountain, Trauma Center es el único que los tiene”.

La dirección de un hospital no es nada fácil, reconoce el médico. Más que cualidades, el director general debe guardar un equilibrio y buscar la empatía entre el servicio médico y la administración.

Sin embargo, ni su pasión por el golf lo detiene para continuar con este proceso de expansión. El próximo año el Hospital Ángeles de Torreón levantará una torre con 14 pisos al oriente del inmueble sobre el mismo terreno. “Contemplamos cuatro niveles de estacionamiento y arriba diez pisos que formarán una torre de consultorios y el edificio actual se convertirá en hospital completamente, piso por piso tendrá su especialidad”.

El doctor Mesta Casavantes, tiene que desempeñar día a día su liderazgo empresarial.

Platíquenos un poco del Grupo Empresarial al que pertenece el Hospital Ángeles de Torreón

El Grupo Empresarial Ángeles es liderado por Olegario Vázquez Raña y actualmente el director general es Olegario Vázquez Aldir. Este corporativo tiene varias divisiones, la hospitalaria, donde está el Hotel Camino Real; la de Salud, donde están los hospitales Ángeles; otra comercial y una relacionada con la comunicación, recientemente la firma compró Imagen y Radioactivo, que son 65 estaciones de radio; anteriormente había una división aeroportuaria.

¿Cómo se da la conexión de lo que era Hospital de la Mujer, después

Los Ángeles con el Grupo Empresarial Ángeles?

El grupo Ángeles Servicios de Salud, presenta desde hace ya varios años, un proceso de expansión. Primero fue Humana, que era un hospital en quiebra establecido en el Distrito Federal con inversión extranjera, después le siguieron siete hospitales más. En todo ese contexto compran el Ángeles de Torreón.

En proyecto, está uno en Tijuana y para el año que entra está el de Monterrey y Cancún.

Torreón cayó como anillo al dedo porque la ciudad está estratégicamente situada en el centro-norte del país y vimos el potencial que tiene este hospital.

Además nuestra área es de servicios, observamos que era una necesidad en La Laguna y bajo ese análisis se compra.

¿Cómo encuentran el antiguo Hospital Los Ángeles y cuál ha sido el crecimiento que han experimentado?

Nosotros estamos muy sorprendidos con el crecimiento. Pero primero quisiera subrayar que ahora se llama Hospital Ángeles.

Nosotros compramos este hospital en diciembre de 2000, pero no podíamos tomar completamente el control administrativo. Fue hasta el año pasado que nos posesionamos totalmente.

Digamos que todo el año pasado fue una etapa de inversión y adiestramiento. Grandes instituciones hospitalarias no las hacen los ladrillos o el equipo. Un hospital se hace de la gente que se mueve dentro.

A todo el personal lo llevamos al Instituto Nacional de Cardiología, para que se preparara en terapia intensiva, al Hospital Siglo XXI, que aprendieran distintas disciplinas y al Ángeles del Pedregal, que es la joya del grupo. El objetivo es que todos actuemos de acuerdo a la cadena del Grupo Ángeles.

Comenta usted la posición estratégica del Hospital Ángeles Torreón, ¿hay más proyectos?

Claro que existen planes de crecimiento, este hospital es muy importante en toda la región. La expansión va en dos terrenos: la primera es tener mayor infraestructura, para lo cual, aquí obtuvimos un banco de sangre, aumentamos el laboratorio, ya que éste era un hospital que no tenía resonancia, tomografía y hemodinamia y todo esto, es básico para una institución que se quiere orientar a la medicina crítica. Fue por eso que se construyó un área específica para todo.

Después nos dimos cuenta que adolecía de un área de urgencias del calibre de la región, fue por eso que se construyó un nuevo departamento de urgencias, si bien no se ha inaugurado formalmente, en la actualidad tiene tres cubículos aislados, seis abiertos, tres consultorios y sala de disfunción y quirófano, lo cual lo hace el más nuevo y moderno en la Comarca Lagunera. Esto es con relación a la infraestructura.

El año que entra empezamos a construir un edificio. Originalmente queríamos expandirnos, pero al no contar con el terreno decidimos construir un edificio de 14 pisos al oriente del inmueble sobre nuestro mismo terreno. Contemplamos cuatro niveles de estacionamiento y arriba de éstos, diez pisos que formarán una torre de consultorios.

La torre de consultorios actual se convertirá en hospital completamente, piso por piso tendrá su especialidad. Vamos a iniciar del cuarto piso hacia abajo.

¿Comienza a dirigir este hospital a partir de 2000?

Yo me uní al Grupo Ángeles en esa fecha. Trabajaba en la Ciudad de México, después de un tiempo que estuve en entrenamiento con los directores del Grupo Ángeles, se me pidió que me viniera hacer cargo del hospital de Torreón. Yo llegué ya con el cargo de director el 20 de febrero de 2002. Lo cual me dio mucho gusto porque soy de aquí.

Fue una muy agradable sorpresa...

Desde luego. Para uno que es de una ciudad como ésta, es muy difícil adaptarse al Distrito Federal.

¿Usted realizó todos sus estudios aquí?

La primaria, la secundaria y el bachillerato los hice en el Colegio Americano de Torreón. Estudié premédico en la Universidad de Texas y después vine y terminé mi carrera aquí en la Universidad Autónoma de Coahuila.

Ingresé a Industrias Peñoles, ahí me dedicaba a la salud ocupacional y ambiental y como no había aquí una disciplina como tal, como empresa, gracias a ellos tuve la oportunidad de estudiar en la Universidad de Harvard y en Florida, preparándome en salud ambiental.

También hice una especialidad y una maestría en la Universidad Juárez del Estado de Durango y terminé al frente del departamento de salud ambiental de Met-Mex Peñoles hasta que finalmente me voy a trabajar a la Ciudad de México.

Siempre llama mucho la atención la dirección de un hospital, en virtud de que no es una empresa de manufactura, no es un servicio de comida, sino el trabajo con la vida...

Tiene razón, es algo especial. Primero que nada debe tener un perfil. Grupo Ángeles es diferente a los demás. Si usted se fija y ve a los directores generales en otros hospitales no son médicos. Yo creo que ésa es una ventaja del grupo, al poner al frente a un médico, la dirección toma otro sentido, ya que un profesional de la salud tiene la capacidad de entender el punto de vista clínico y a los médicos.

De forma tal que si se pone a un contador o a un ingeniero, que son políticas totalmente respetables, es más difícil que ellos puedan aprender la medicina. Considero que es más fácil que un médico pueda aprender la administración. En la estructura de un hospital, el director es la máxima autoridad y de él, dependen el director de operaciones, de servicios quirúrgicos, de administración y finanzas y de enfermería.

Entonces un director debe cumplir ciertas

cualidades más allá de las que tiene un médico o un administrador...

En realidad no son cualidades, sino tener armonía. Un director debe buscar la empatía entre el servicio de salud y la administración. Un médico, con una formación humanística, se carga totalmente al lado del cliente, empieza a perder dinero y esto debemos recordar que es una empresa. De igual forma, si se carga del lado de la administración y la contabilidad, comienza a caer en la usura y pierde por completo el aspecto humano.

En este sentido es muy importante dar servicios de salud, con tecnología, calidad y calidez. Considero que es fundamental que el director de un hospital sea un médico, ya que así puede entender el drama de una familia que tiene un paciente en estado crítico y pocos estamos preparados para atender este tipo de golpes emocionales.

Y también son golpes económicos...

Efectivamente. Aquí en Hospital Ángeles tenemos una política, que tratamos de difundir en la población, está relacionada con decir: si tenemos dinero para vacaciones, comprar un coche, entonces por qué no invertirlo en un seguro de gastos médicos y asegurar nuestra atención privada. También lo vemos con visión, si las tiendas de servicio dan crédito, por qué nosotros no podemos dar financiamiento a personas que realmente lo requieren. Nadie está preparado para un infarto.

Todo esto es muy interesante y más porque el Sector Salud se encuentra en un área de oportunidad. Vemos que el servicio público ya no da los resultados como tal...

Lo que puedo decir es que las instituciones públicas en México han sido modelos en el mundo. De hecho, contrario a lo que mucha gente pueda pensar, si la medicina en las instituciones públicas es buena, como reflejo las instituciones privadas tienen buena medicina.

Los profesionales de la salud se forman en las instituciones públicas y no en las privadas, sin embargo, es cierto que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) están en un período de cambio, en el cual necesariamente tienen que mejorar.

Ahora, ¿en qué ha ayudado esto al sector privado?, en que se ha dejado un hueco en el servicio a la población, que es quien acude a las instituciones privadas. Esto, como usted dice, nos genera un franco proceso de expansión en el país, ya que es un servicio indispensable para la comunidad.

Le voy a poner un ejemplo, usted tiene un hijo o un padre enfermo, pues bien, estoy seguro que hace todo lo necesario para sacarlo adelante en un momento difícil. Es una necesidad primaria de la población, por eso como empresa y como negocio en el área de servicios florece.

Todo esto implica una responsabilidad social...

Desde luego. Nosotros estamos conscientes que tenemos una responsabilidad social tremenda sobre nuestros hombros.

Le voy a decir por qué: si un director de un hospital decide no invertir en cardiología, en la medicina crítica, ¿cuántas personas van a perecer porque no tenemos el servicio?

Por eso, es necesario tener mucha madurez cuando se proyecta un hospital y darle preferencia a las áreas de soporte vital. Nosotros no podemos escatimar en no tener una sala de hemodinamia para destapar una arteria y correr el riesgo de que se infarte una persona. No podemos restringir la compra de antídotos que no tienen una vida larga y que se echan a perder. Es por eso que los compramos aunque cada tres meses se tiren a la basura, ya que es un servicio, una responsabilidad social.

Entonces, este hospital ya tiene una clara orientación

Sí, este hospital se dedica a la medicina crítica, que está orientada a atender cuando la salud está en la línea en cuestiones de vida o muerte. Nosotros decidimos invertir en este ramo (neurología, cardiología, traumatología, ortopedia) porque es una necesidad de la población.

Para que usted se dé una idea, no existe un sólo servicio en nivel Trauma uno, esto quiere decir, que no existe un servicio de emergencia que haya alcanzado el nivel de excelencia en todo México. Nosotros pretendemos construir uno aquí en Torreón para dominar el centro-norte del país. El mejor en el mundo es el Rocky Mountain, Trauma Center, que está en Denver, Colorado, entonces nos estamos asesorando con gente de ahí y con la Universidad de Harvard.

¿Algo más qué quisiera compartir?

Bueno, pues decir que el gran reto del hospital es ser el mejor en Trauma uno (golpes, cortadas, daño súbito y padecimientos críticos). Tener una supervivencia del 95 por ciento en los casos pediátricos, un 94 por ciento en el trauma cerrado en adultos y un 90 por ciento en los traumas abiertos. Son números que se oyen no ambiciosos, pero el Rocky Mountain Trauma Center es el único que los tiene y si establecemos sus protocolos, no veo por qué no podamos alcanzar esto.

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