14 agosto 2003
SAN FRANCISCO, California, EU. (AP).- Cuando el presidente George W. Bush llegue a California para recaudar fondos para su campaña, hará todo lo posible por evitar la tormenta política que rodea a la consulta popular revocatoria del gobernador demócrata Gray Davis.
Mientras Bush y sus asesores principales profesan ser apenas algo más que espectadores curiosos del drama imprevisible, los demócratas insisten que el referéndum revocatorio ha sido orquestado al menos en parte por la Casa Blanca. En el 2000, el republicano Bush perdió en el estado de California por más de 13 millones de votos.
Hace unas tres semanas, existía consenso entre los consejeros políticos de Bush, incluyendo al poderoso Karl Rove, que las perspectivas del presidente en California serían mejores si el denostado Davis permanecía en su puesto durante la campaña presidencial del 2004. Pero después del interés generado por la postulación del actor Arnold Schwarzenegger, el equipo político de Bush se dividió.
Algunos ven a Schwarzenegger como el republicano con mayores posibilidades para triunfar en California y así mejorar las oportunidades del presidente en ese estado para el año próximo.
Públicamente, tanto Bush como sus consejeros han sido cuidadosos para enviar un mensaje unánime: la revocatoria es una cuestión que deben decidir los electores californianos.
El presidente del partido republicano de California, Duf Sundheim, dijo que el relativo silencio del presidente es apropiado, teniendo en cuenta las circunstancias.
"La revocatoria no ha sido una cuestión de partidos", manifestó Sundheim. "Para el presidente, entrar en ella sería imprimirle el elemento partidario, y el lo entiende. No ayuda en este momento", expresó. Pero los demócratas rechazan esta idea. "Desde el primer día he pensado que la Casa Blanca está involucrada", indicó Garry South, consejero desde hace muchos años de Davis.
South y otros demócratas responsabilizan a la Casa Blanca por la sorpresiva decisión del legislador republicano de no postularse, después de que gastó más de 1,7 millones de dólares de su fortuna personal para reunir las firmas requeridas para realizar el referéndum revocatorio.
Mientras funcionarios de la Casa Blanca negaron los esfuerzos para sacar de la carrera electoral a Issa, algunos consejeros de Bush que no se desempeñan en funciones del gobierno instaron a Issa a que le dejara el lugar a Schwarzenegger, dijeron algunos republicanos a condición de mantener sus nombres en el anonimato.
Los impulsores del referéndum han responsabilizado a Davis por el déficit presupuestario del estado de 38.000 millones de dólares y su manejo de una crisis energética que condujo a una serie de apagones en el 2001. Los demócratas, en tanto, responsabilizan a Bush por la debilidad económica y por las políticas federales que han empeorado la crisis energética.
Bush, que consiguió 5,2 millones de dólares para su campaña en San Francisco y Los Angeles durante junio, planea aparecer en dos eventos para recolectar fondos y reunirse con familias de militares en la Estación Aérea de Miramar, en San Diego el jueves. El viernes, realizará un paseo por las montañas de Santa Mónica.
Bush, quien dijo que Schwarzenegger sería un "buen gobernador", no planea reunirse con ninguno de los postulantes republicanos para reemplazar a Davis.