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MONROVIA, LIBERIA.- Dos buques de guerra de Estados Unidos llegaron ayer a las costas de Liberia para reforzar a las primeras tropas de paz africanas, llegadas la víspera a Monrovia para poner fin a las más de tres semanas de combates.
El transbordador de helicópteros USS Iwo Jima y el barco de guerra USS Carter Hall, con unos dos mil 399 infantes de la Armada de Estados Unidos, llegaron esta madrugada a la costa de Grain, en el Oceáno Atlántico.
El USS Iwo Jima encabeza el grupo de apoyo estadounidense a la fuerza de paz de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), al que se unirá en los próximos días el buque Uss Nashville.
Un alto funcionario de la Defensa estadounidense a bordo de uno de los barcos reveló que las tropas permanecerán en los buques hasta que la administración del presidente George W. Bush ordene su desembarque, lo cual es examinado en Washington.
De acuerdo con la fuente, el gobierno discute hasta que punto puede involucrarse en la crisis de Liberia, iniciada a medidos del mes pasado por la falta de compromiso del presidente Charles Taylor al Acuerdo de Accra del 17 de junio pasado.
El funcionario dijo que entre los temas que se discuten es la participación directa de los barcos para apoyar a las fuerzas pacifistas africanas con comunicaciones y apoyo logístico, según informes de prensa conocidos en esta capital.
A pesar de la llegada de la avanzada de la CEDEAO, en varias partes de la ciudad se registraban ayer combates esporádicos entre las tropas del Taylor y el LURD, cuyo líder Sekou Damate, prometió acabar los enfrentamientos con la llegada de la fuerza de paz.
Damate exige el retiro definitivo de Taylor de la presidencia para deponer las armas, aunque fuentes cercanas al mandatario consideran que su salida y exilio en Nigeria todavía es lejana.
A pesar de que el mandatario nigeriano se comprometió a dejar el poder el 11 de agosto próximo, fuentes de la presidencia aseguraron este ayer que Taylor no viajará a Nigeria hasta que el Tribunal Especial de Sierra Leona no retire los cargos en su contra.
El jefe de Estado liberiano es acusado por el gobierno de Freetown de suministrar hombres y armas a los rebeldes de Sierra Leona durante la pasada guerra civil a cambio de tener accesos a varios yacimientos de diamantes.