06 junio 2003
Bagdad, (EFE).- Los expertos del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) regresaron hoy a Bagdad, casi tres meses después de que salieran precipitadamente del país por el inicio de la guerra de EEUU y el Reino Unido contra Iraq.
Un grupo de siete técnicos llegó procedente de Kuwait con una única misión: comprobar el estado de sus equipos, abandonados a mediados de marzo, pocos días antes de que comenzaran los bombardeos de la coalición anglo-norteamericana.
"No hay intención alguna de realizar labores de inspección como las llevadas a cabo en las meses previos al conflicto", informaron radios locales, que citaron a un portavoz de la OIEA.
Gran parte del equipamiento de los inspectores se encontraba en el hotel Al Rachid, respetado por los bombardeos estadounidenses, aunque no por los saqueadores que devastaron al país en las semanas posteriores al fin de la guerra.
Los inspectores temen que, en el caos, los ladrones hayan dañado los costosos aparatos no sólo en Bagdad, sino también en las ciudades de Mosul y Basora, donde se establecieron sendos cuarteles generales durante el último periodo de inspección.
Los expertos del OIEA trabajaron durante más de seis antes de la guerra, hombro con hombro con su colegas de la Comisión de Vigilancia, Inspección y Verificación de la ONU (UNMOVIC), en la búsqueda del arsenal de armas de destrucción masiva que supuestamente escondía el régimen del depuesto Sadam Husein. Durante ese tiempo, los técnicos de ambos organismos notificaron no hallar el armamento que EEUU y el Reino Unido decían que estaba en posesión del derrocado dictador.
La amenaza que constituía ese supuesto arsenal fue una de las principales justificaciones esgrimidas por Washington y Londres, para lanzar el 20 de marzo una campaña militar contra Iraq, que concluyó un mes más tarde con la desaparición del régimen y la entrada de los tanques norteamericanos en el corazón de Bagdad.
A casi tres meses después, tanto la Administración de Washington como la de Londres, se enfrentan a denuncias tanto internas como externas sobre la posibilidad de que exageraran la amenaza para legitimar una operación bélica que, según algunas versiones, perseguía otros objetivos.
Scott Ritter, jefe de los inspectores de desarme de la ONU que debieron abandonar Bagdad en 1998 cuando el entonces presidente norteamericano, Bill Clinton, ordenó bombardear la capital iraquí por falta de cooperación del régimen de Sadam, aseguró hoy que "EU y el Reino Unido tendrán finalmente que admitir que mintieron".
En la última semana, el Parlamento británico ha vuelto a encender un agrio debate con el primer ministro, Tony Blair, sobre la posibilidad de que hubiera manipulado y exagerado las pruebas sobre el arsenal para justificar la guerra.
El presidente de EU, George W. Bush, también tuvo que salir a la palestra durante la gira a Oriente Medio que realizó esta semana para afirmar que las armas de exterminio masivo serán finalmente encontradas, aunque se mostró contrario a que los inspectores de la ONU regresen a Iraq para reanudar la búsqueda.
Un equipo de la Organización Internacional de Energía Atómica llegó a Bagdad para examinar la mayor instalación nuclear del país, que fue saqueada por habitantes locales luego que los soldados estadounidenses la dejaron desprotegida. (AP)