Hay muchos asuntos que me preocupan. Ya antes del 1 de septiembre, día del Tercer Informe de Gobierno, me preocupaban; pero después de esa fecha me preocupan más.
De entrada me bastó ver el semblante presidencial. Y no es que yo esperara que tuviera cara de 2 de julio de 2000, pero tampoco de 2 de julio de 2006. Vi a un Presidente desanimado, decepcionado, cansado. Ni sombra del Vicente Fox que sedujo masas con su gallardía y su ímpetu. No es que extrañara la imagen de caudillo que sigue en campaña política, es que el que estaba ahí daba la impresión de venir de un octavo round a punto de resolverse en derrota técnica. Y dado que en sus manos está la conducción del país, me sentí como cuando en pleno vuelo le ves cara de preocupación al piloto.
Bueno, pensé, a lo mejor su preocupación es justo el umbral de nuevas rutas, de estrategias distintas, de reorientaciones. Empezó entonces la rendición de cuentas alegres. Si todo va tan bien, me dije, entonces ¿por qué estamos tan mal? Y en este punto me parece que al politólogo Federico Reyes Heroles le asiste la razón cuando dice que necesitamos de una institución que plenamente legitimada pueda brindar a la sociedad, a los investigadores, a los analistas, cifras reales y confiables sobre distintos aspectos; de esa manera no pensaríamos, de inicio, que están maquilladas (igual que nos sucedía con los regímenes priistas), o manejadas de manera engañosa. En fin.
Luego vino un diagnóstico de la situación del país, poco usual y en mi opinión honesto. Particularmente aplaudo la mención al caso de las mujeres asesinadas en Juárez (¿por qué insten en llamarlas “muertas”?, no se murieron solitas las a-se-si-na-ron) y su declaración de apoyo a la Red Nacional de Refugios para Mujeres Maltratadas, operada por organizaciones de la sociedad civil (falta ver que del dicho se pase al hecho).
Terminado el diagnóstico de terapia intensiva que necesita el país, pensé que a continuación vendrían la enumeración de prioridades, algunas estrategias, acciones inmediatas. Nada. Salvo, claro, la convocatoria dirigida al Congreso para cogobernar. Y aquí es donde más me preocupé.
Porque vamos a ver ¿con quiénes se supone que va a cogobernar? ¿Con la bola de majaderos que no se han dado por enterados de que ya no es necesario gritar como en el mercado para ser escuchados?, ¿con la diputada que haciendo gala de su falta de educación se puso a dar entrevistas a varios periodistas (también ellos, ¡se pasan!) mientras el Presidente tenía el uso de la palabra?, ¿con los que abucheaban y gritaban cuando el Presidente hacía un diagnóstico serio de los muchos problemas que tiene el país?, ¿con los que al llamado de cogobernar gritaron varias veces a coro ‘y nosotros por qué’?, ¿con los que fueron calificados, ni más ni menos que como ‘el Bronx legislativo’?, ¿con ésos y ésas va a cogobernar el Presidente?
¿O con Francisco Barrio, del PAN, el que cuando fue gobernador de Chihuahua dijo que los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez estaban dentro de lo normal? (y “normalmente” ya van más de 300 mujeres asesinadas), ¿con Barrio el que cuando fue secretario de la Contraloría ofreció peces gordos y es la hora en que ni a ceviche llegamos? ¿O con Elba Esther Gordillo, quien es la hora que no explica su riqueza inexplicable honestamente?, ¿con Elba, la otrora maestra rural que tiene una mansión en San Diego, California, con valor de 2 millones de dólares, pero pone cara de compungida heroica cuando habla de la pobreza en nuestro país?, ¿con la Elba que nos recuerda todos los días por qué queríamos sacar al PRI de los Pinos?
¿O con otros diputados del PRI que negocian su disposición para llegar a acuerdos sobre reformas estructurales a cambio de no desaforar a Ricardo Aldana Prieto, tesorero del sindicato de Pemex, acusado entre otras de peculado en el famoso caso Pemexgate? (o sea: acuerdos a cambio de impunidad).
¿O con los del Partido Verde Ecologista, que por inconstitucionales que sean sus estatutos le dicen al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ‘Háganle como quieran’?, ¿con esos diputados ejemplo de antidemocracia y desapego a la legalidad? ¿Con cuáles de todos ellos va a cogobernar el Presidente?, ¿con todos?, ¿así están las cosas?
Y no estoy diciendo que añore las épocas en las que el poder se concentraba sólo en el Ejecutivo. Y no estoy diciendo que no haya también personas honorables y dignas en el Congreso, ¡na’más faltaba! Lo que me preocupa es que a un buen número de las y los diputados yo no les encargaría ni el gobierno de mi casa durante unas cortas vacaciones. ¿Usted sí? ¿Usted le dejaría su casa, sus hijos, sus mascotas, su carro a alguno de ellos? ¿Ven porqué les digo que estoy preocupada?
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