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SANTIAGO DE CHILE.- Los libros que compró el Premio Nóbel de Literatura chileno Pablo Neruda en Francia, robados en 1973, pertenecen a la colección del empresario Jacques Hachuel en Madrid, apuntó una fuente de la fundación que lleva el nombre del poeta.
Según el diario La Tercera, miembros de la Fundación Neruda comprobaron que algunas “joyas literarias” de Neruda, como primeras ediciones de Jorge Luis Borges o Rubén Darío que están marcadas con la letra y tinta del poeta, están en poder de Hachuel.
El abogado Jorge del Río, miembro del directorio de la fundación, apuntó que será “muy difícil la recuperación” de los libros que tiene en su colección privada el empresario, “pero no lo damos por perdido, pero dependemos de la voluntad de Hachuel”.
Cuando Neruda se desempeñó como embajador chileno en París (1970-1972) formó una importante colección de libros, algunos de ellos calificados como “joyas literarias” por los entendidos.
Pese a que regresó a Chile en enero de 1973, el envío de sus cosas desde Francia en barco tardó varios meses, y algunos contenedores llegaron después del golpe militar del 11 de septiembre de 1973 contra el presidente constitucional Salvador Allende.
La última esposa de Neruda, Matilde Urrutia, relató en sus memorias que cuando llegaron los contenedores a Chile “sacaron mis bultos de la aduana y los llevaron a un recinto militar porque, según ellos, habíamos traído armas”.
Urrutia, quien murió en 1985, sólo revisó su equipaje varios días después y el oficial a cargo le explicó que faltaban cosas porque en Francia las sacaron para hacer espacio para el armamento.
“Sería largo enumerar todo lo que me robaron. Lo más doloroso fue el saqueo de los libros, me dejaron muchas colecciones incompletas. Los libros más valiosos se perdieron”, relató en el libro la viuda del vate.
Del Río recordó que la primera noticia que tuvieron de los libros perdidos fue a fines de la década de los años 80, cuando desde Madrid se informó de la apertura de una exposición de libros que pertenecieron a Neruda que estaban en poder de Hachuel.
Puntualizó que “Neruda nunca vendió un libro de su biblioteca, salvo la donación que hizo a la Universidad de Chile (en 1954). Matilde (Urrutia) tampoco y nadie de su familia tenía libros suyos”.
Por este motivo, la Fundación Neruda tiene fundadas presunciones que “esos libros podrían venir de los contenedores que llegaron de Francia” a Chile y que fueron abiertos por los militares sin la presencia de Urrutia o miembros de la familia del poeta chileno.
Hachuel es un empresario y coleccionista de arte, miembro del directorio del Museo Guggenheim de Bilbao que el año pasado estuvo condenado por la justicia por un fraude bancario.
El hombre de negocios informó que adquirió los libros a Luis Urrutia, cuñado del poeta, versión que en forma posterior cambió ya que reconoció haber comprado los ejemplares a los libreros Averman und Reiss de Frankfurt, Alemania.
“Los libros que estaban en exhibición eran por los menos 120 (...) pero la información era que llegarían a mil”, acotó Del Río, quien dijo que Averman und Reiss compró los ejemplares en Sothesby’s, casa de remates que se reserva informar del origen de los volúmenes.
Detalló que entre los problemas para recuperar la colección se encuentran que no existe un inventario de los libros perdidos, nunca hubo denuncia en los tribunales chilenos y, si hubo delito, éste ya prescribió.
Neruda, un empedernido coleccionista de caracolas y botellas, también era un apasionado buscador de libros, parte de los cuales donó en 1954 a la Universidad de Chile, entre ellos un ejemplar de Triunfos y Canciones de Petrarca impreso en Italia en 1484.