29 julio 2003
París, (EFE).- Más de 2.000 bomberos y militares han logrado controlar hoy los violentos incendios desatados en el sur de Francia, que han causado cuatro muertos y arrasado unas 9.000 hectáreas en menos de 24 horas, informaron los servicios de socorro.
Cuatro de las víctimas fallecieron por el fuego que ha asolado, por tercera vez en lo que va de mes, el macizo de Maures (sureste).
Se trata de dos turistas británicas -una mujer y su nieta- que paseaban por el bosque de La Garde-Friente, una holandesa, que perdió la vida en las afueras de Saint-Maxime, ya en el litoral de la Costa Azul, y de un polaco cerca de Vidauban, donde se originó el fuego.
A pesar de que el incendio ha sido "estabilizado", según las fuentes, algunos focos han rebrotado al anochecer, por lo que los bomberos siguen en estado de alerta sobre todo en La Motte y la Bouverie.
El fuego, de una violencia excepcional por la extrema sequía que sufre el departamento de Var -donde no llueve desde hace cuatro meses- y el fuerte viento Mistral, ha podido ser controlado gracias a un gran despliegue de efectivos.
Más de 750 bomberos, 400 militares y 200 miembros de la Seguridad Civil, así como una columna de bomberos italianos se han sumado en las últimas horas a los 300 hombres que comenzaron ayer las tareas de extinción, según fuentes de la Seguridad Civil.
Además, cuatro helicópteros -uno italiano y tres rusos- alquilados por París han reforzado la flota de nueve aviones que luchan contra el fuego.
Las llamas, que se propagaron con una velocidad excepcional desde Vidauban hasta Saint-Maxime, destrozaron a su paso un centenar de viviendas, así como numerosos coches, postes eléctricos, cámping y caravanas.
Más de 5.000 personas, incluidos los turistas que se alojaban en once cámping de esta turística zona, fueron evacuados y muchos más se quedaron sin electricidad durante horas.
También en el sur de Córcega, entre Porto Vecchio y Bonifacio, han ardido unas 800 hectáreas en un fuego que causó la muerte de un habitante de 49 años que intentó atajar las llamas que quemaban su casa.
Los más de 3.000 turistas que se encuentran en la zona tuvieron que refugiarse del fuego en las playas, mientras que varios centenares fueron evacuados en helicópteros antes de que los bomberos lograron controlar las llamas.
Los indicios de ambos incendios han sido provocados han desatado la alarma entre las autoridades, incluido el presidente de la República, Jacques Chirac, que han anunciado medidas de extrema severidad para los autores.
En el departamento de Var, los bomberos tuvieron que hacer frente sólo el lunes a una treintena de focos de fuego y en la localidad de Fréjus, en uno de los extremos del macizo de los Maures, se encontraron cócteles molotov preparados con botellas y mechas.
El ministro del Interior, Nicolás Sarkozy, que sobrevoló la zona afectada, dijo que "no habrá piedad" para los culpables, mientras que el titular de Justicia, Dominique Perbe, ha pedido controles de identidad periódicos en los lugares de riesgo.
De hecho, un hombre de 30 años fue detenido hoy, sospechoso de haber provocado varios de los incendios de las últimas semanas en Var y, según los investigadores, habría reconocido que lo hizo porque le rechazaron como bombero voluntario.
La Seguridad Civil ha estimado, en un balance provisional, que desde el comienzo del verano ya han ardido más de 30.000 hectáreas de monte en Francia, lo que constituye un aciago récord en las últimas décadas.