09 julio 2003
París, (EFE).- Un grupo de biólogos franceses ha conseguido que ratones transgénicos paralizados vuelvan a caminar, en un importante avance en la investigación de terapias para lesiones de la médula espinal.
El trabajo de la regeneración del sistema nervioso, hecho público en Francia y que aparecerá mañana en la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, ha sido dirigido por Alain Privat, responsable de fisiopatología y déficit sensorial del Instituto Nacional francés de Investigación Médica (INSERM).
La pérdida de la función motriz voluntaria por lesiones en la médula espinal, debida a la ausencia de regeneración de las células nerviosas del cerebro, era considerada hasta ahora irreversible, pero la investigación de los expertos de Montpellier (sur francés) ofrece una nueva perspectiva, al menos en el terreno experimental.
"Hemos aportado la prueba de que es posible hacer que vuelva a crecer el tejido nervioso y obtener una recuperación funcional. Ahora le corresponde a la comunidad científica" que este descubrimiento se convierta en "una estrategia terapéutica aplicada al hombre", explica Privat hoy al diario francés "Le Figaro".
La importancia del trabajo del equipo radica en la identificación de la causa que impide la regeneración nerviosa tras ser seccionada la médula espinal: la superproducción de dos proteínas (Vimentina y GFAP) por los astrocitos -células implicadas en el proceso de cicatrización- que forman una barrera impenetrable para las terminaciones nerviosas.
Los investigadores utilizaron tres grupos de ratones transgénicos cuyos genes para producir la síntesis de Vimentina y GFAP habían sido parcial o totalmente desactivados: dos incluían a portadores de una sola de esas proteínas y en el tercero ambas eran inoperantes.
Los ratones del tercer grupo respondieron positivamente al tratamiento tras serles seccionada la médula espinal, presentando "una reducción de la actividad de los astrocitos junto a un crecimiento de la actividad neuronal incluida la reconstitución de circuitos que conducen a la recuperación funcional", según Privat.
Animados por ese éxito, los investigadores de Montpellier trabajan ahora con expertos del Laboratorio de Genética Molecular de Neurotransmisión de Villejuif, a las afueras de París, para desarrollar una nueva técnica de terapia genética para bloquear la producción de Vimentina y GFAP.
"Nos damos cinco años para saber si funcionará con pruebas primero en ratones, después en monos, y finalmente en el ser humano, siempre que tengamos los medios humanos y materiales para llevar a cabo nuestros experimentos", explicó Privat. Aprovechó para calificar de "catastróficas" las actuales condiciones de trabajo, tras una reducción del 30 por ciento de su presupuesto en el último año.
Recientemente, más de 500 investigadores franceses lanzaron un "grito de alarma" por la "ausencia de una política científica clara y ambiciosa" en Francia y alertaron sobre las reducciones de financiación estatal, que han obligado ya a suspender parte de sus actividades y amenazan con el cierre de importantes laboratorios.