MÉXICO, DF.- El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, anunció que no habrá aumento de impuestos para el próximo año, en el marco de su Tercer Informe.
López Obrador adelantó que en la propuesta de presupuesto que enviará a la Asamblea Legislativa no se tiene contemplado un incremento en los impuestos esenciales.
Indicó que con un presupuesto austero alcanza, siempre y cuando no se caiga en el derroche, ni aparezcan nuevos ricos, como sucedía cada final de sexenio. Reiteró que con eso alcanza para darle la pensión a los viejitos y más.
Respecto a las finanzas, Andrés Manuel López Obrador respondió durante su Tercer Informe de Gobierno a quienes lo critican, por desinformación o mala fe, que ha endeudado a la ciudad de México de manera desmedida.
En su rendición de labores, que en estos momentos presenta ante el pleno de la Asamblea Legislativa, el tabasqueño dijo que a sus adversarios les cuesta trabajo aceptar que es posible el desarrollo, si se administra el presupuesto con disciplina, eficiencia, honradez y sin derroche.
Destacó que antes de 1994, cada seis años, la deuda pública del Departamento del Distrito Federal era condonada y absorbida por el Gobierno Federal.
Durante la última regencia, de 1995 a 1997, la deuda llegó a 11 mil 789 millones de pesos; de 1998 a 2000, sumó 28 mil 650 millones y al cierre de agosto de este año, es de 37 mil 840 millones de pesos.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda, durante el sexenio de 1988-1994, el crecimiento promedio anual de la deuda fue de 11 por ciento; de 1995 a 1997, la deuda creció a una tasa anual de 52 por ciento; de 1998- 2000, el promedio fue de 19 por ciento.
Entre diciembre de 2000 y agosto de 2003, el crecimiento anual de la deuda pública es de seis por ciento, es decir la tasa de crecimiento más baja en 15 años.
Aclaró que el endeudamiento neto autorizado fue de tres mil millones de pesos, cantidad menor a la destinada para pagar amortizaciones.
López Obrador aseguró que la inversión de capital ha crecido más que el gasto corriente, es decir, hay más recursos para obras y menos para el aparato burocrático.
Incluso, en su informe presenta un comparativo. El gasto destinado a obras públicas e inversión financiera fue, en 1997, de nueve mil 210 millones de pesos; en el 2000, de diez mil 825 millones y en este año, 15 mil 854 millones de pesos.