Para Claudia, que nunca deja de soñar.
Hay obras que, desde su concepción, convencen y atraen por la nobleza intrínseca de la causa que las inspira.
Eso me ha sucedido varias veces en mi vida, lo mismo con un proyecto legislativo, que con una obra gubernamental o social.
Sin duda, para muchos, es el caso de la construcción del Centro de Rehabilitación Infantil Teletón, cuya primera piedra se colocó esta semana, en Saltillo.
Hace ya algunos años, recién se inició ese proyecto del Teletón, almas de una gran nobleza y dadas a soñar cosas hermosas, hicieron el primer intento para lograr que se construyera en Coahuila un Centro de Rehabilitación para los niños con capacidades diferentes. Pero, entonces, ese sueño se quedó en la idealidad.
Ahora, después de muchas y arduas gestiones realizadas por el gobernador Enrique Martínez y por su esposa la señora Guadalupe Morales de Martínez, ese gran sueño comienza a cristalizar.
Una de las tareas importantes que hubo necesidad de realizar, previa a este primer paso, fue la constitución de un patronato que se encargará de recabar fondos para mantener el Centro. Como era de esperarse, un buen número de empresarios coahuilenses se sumó con gusto al llamado del gobernador para conformar el patronato y muchos de ellos estuvieron en el evento en que se colocó la primera piedra, como una forma de refrendar el compromiso que han asumido.
Desde luego que el municipio de Saltillo aportará la parte que le corresponde en este noble proyecto.
El Centro se construirá sobre una superficie de 48 mil 282 metros cuadrados, en un sitio inmejorable que se localiza dentro del Centro Metropolitano de Saltillo y al decir de los directivos del Teletón, es el mejor terreno que se haya puesto a su disposición en toda la República mexicana.
Se estima que el Centro, podrá dar atención anualmente a tres mil 700 niños con capacidades diferentes, todos del norte de nuestro país. Pero por razones de ubicación, serán los niños de Coahuila quienes resultarán favorecidos en mayor grado con los servicios de rehabilitación que ahí se brinden.
El presidente de la Fundación Teletón, en el evento mencionado, dijo que los consentidos de Dios, eran los niños, los pobres y los enfermos, con lo cual coincido totalmente.
Creo que los niños son uno de los grupos preferidos de Dios, porque son seres que recién salieron de Su seno y llegan a este mundo todavía impregnados de Su belleza y con la gracia primigenia de Sus dones.
Los pobres, tienen un lugar privilegiado a los ojos de Dios. Tan es así que son nombrados entre los bienaventurados que por derecho propio, les será dado entrar al reino de los cielos.
Ello también se corrobora por el hecho de que el Padre quiso que su hijo naciera en un pesebre y predicara sus enseñanzas entre los más humildes de su época.
A su vez, los enfermos se acercan a Dios y Éste los acoge con benevolencia, porque se identifica con ellos en el sufrimiento. Cristo mismo sufrió lo indecible antes de que se consumara Su sacrificio.
En ese sentido, debemos advertir que los beneficios de una obra social como la de estos centros de rehabilitación, está encaminada a atender las necesidades de los niños afectados por distintas enfermedades que provocan la disminución de sus capacidades y que, al mismo tiempo, son de escasos recursos.
Se conjugan en ellos las tres condiciones de los consentidos de Dios, de manera tal que si Él atiende de manera preferente a los que conforman esos grupos, con mayor razón lo hace con aquellos que son: niños, pobres y enfermos.
Por eso, entre otras razones, obras como las de la madre Teresa de Calcuta trascienden las fronteras y son reconocidas en todo el mundo, porque son obras que se realizan con amor, a favor de los que menos tienen y se encuentran en mayor estado de necesidad.
Lo mismo se puede decir de estos centros en donde son atendidos a muy bajo costo todos aquellos niños que requieren de un tratamiento especial, el cual no les puede ser brindado por sus padres por carecer de los recursos económicos necesarios.
En ese mismo orden de ideas, creo que muchos de nosotros debemos apoyar esta gran obra que ahora se construye en Coahuila y agradecerle a Dios que es a nosotros a quienes se nos solicita esa ayuda, en vez de que seamos los que requerimos de ese auxilio.
Pero además, debemos de apoyarla porque no sabemos si el día de mañana vayamos a requerir para alguno de nuestros seres queridos los servicios terapéuticos que en ese Centro se prestarán. Aunque lo mejor es que lo hagamos por propio convencimiento, por nobleza de corazón y amor a nuestros semejantes.
Martín Luther King dijo una vez: “Tengo un sueño...Un solo sueño...Seguir soñando”.
Muchas personas, entre ellas algunas muy cercanas y queridas, concibieron en su momento el sueño de que existiera en Coahuila un Centro de Rehabilitación que diera atención profesional a los niños discapacitados.
Acariciaron ese sueño y, por diversos motivos, se les escapó entonces de las manos. A pesar de sus esfuerzos, no lo pudieron cristalizar.
Pero siguieron soñando. Siguieron apoyando en la medida de sus posibilidades y estuvieron pendientes de ver si ese sueño se convertía en realidad.
Sí, al igual que Luther King, siguieron soñando y hoy su sueño está próximo a cristalizar.
Mi reconocimiento perenne a quienes nunca dejaron de soñar y a los que han hecho posible que ese gran sueño sea pronto una realidad para los niños coahuilenses que tienen capacidades diferentes.
La vida está hecha de sueños. Y cuando, como es el caso, un gran sueño se realiza, Dios, en su infinita bondad, sonríe.