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Los enemigos de Fox/Diálogos

Yamil Darwich

El nueve de febrero, en un acto de reconocimiento a los Niños Héroes, el Secretario de la Defensa Nacional, General Clemente Vega García, aseguró la lealtad del instituto armado al Presidente de la República diciendo: “se da por sentada y no se halla sujeta a cuestionamiento alguno”.

En estos tiempos, tenemos una vida nacional en la que pocos piensan en la posibilidad de que regresemos a las épocas de las dictaduras (disfrazadas) militares y más nos valdría mantener presentes a los gobiernos castrenses que dieron origen a algunos de nuestros malos usos y costumbres en relación al sometimiento del intelecto a la fuerza de las armas (sólo recuerde la muerte de Francisco I. Madero).

Sin embargo, existen otras actitudes que pudieran ser preocupantes: las de mexicanos que toman banderas de intereses particulares y enfrentan a las autoridades a quienes critican fuertemente y en muchas ocasiones agreden con injurias y hasta falsedades. Ellos son mexicanos que en pos de seguir sus ideales y más tristemente, defender lo suyo por encima de lo de todos son desleales a México. Por favor y desde ahora elimine de esta lista a los que ejercen honestamente su intocable derecho de disentir, tengan o no la razón.

Hoy en día no es extraño escuchar epítetos injuriosos y malintencionados contra el Presidente de la República, de enemigos que están a la espera de la errata en su mal manejo del lenguaje, para agredirlo y demeritar su actuación como primera autoridad del País.

Esos disidentes no toman en cuenta la gravedad de sus acusaciones, que muchas veces son lanzadas por los medios de comunicación internacionales, promoviendo la imagen de un México bárbaro en el que aún no existe la plena conciencia de la ley y el orden, dejándole a los extranjeros la sensación de que tenemos un país inseguro, hasta para la inversión.

Pareciera que apuestan al debilitamiento nacional como una oportunidad para allegarse el poder y dar así cumplimiento a las necesidades y atenciones de sus partidos y muy particulares intereses.

También es cierto que el principal enemigo del Presidente de México es Vicente Fox, que con sus ánimos de protagonismo declara, gesticula, hace comentarios y hasta bromas, sin considerar su investidura de primer mexicano y mucho menos tomar en cuenta que su decir y hacer los hace en nuestra representación, actos que califican su imagen y la nuestra en el exterior.

Son desleales a la Patria aquellos que atentan contra los intereses generales de la Nación; los que se aprovechan de las oportunidades para desacreditar el trabajo de la administración federal sin evaluarla de fondo y con seriedad, manipulando la ineptitud en el manejo del lenguaje o el conocimiento de los funcionarios públicos, o las oportunidades que se abren ante el egocentrismo manifiesto, o los que llegan a cometer actos de irresponsabilidad al no asumirla como personajes públicos.

Si Vicente Fox es culpable de favorecer los comentarios mal intencionados, también lo es su segunda esposa, Martha Sahagún, que frecuentemente sucumbe ante la tentación de los micrófonos y expresa pensamientos e ideas que invitan a la crítica; ¿o es que lo hace intencionalmente mal aconsejada por sus publicistas?

También colaboran los Secretarios de Estado que han fallado ante las comisiones especiales de la Cámara de Diputados, al no presentarse debidamente preparados o sin haber tomado conciencia de las trampas del lenguaje a las que van a ser sometidos por los políticos de mayor experiencia.

Y son responsables aquellos que tienen la encomienda de comunicar el pensar y las acciones del Gobierno Federal, que no pueden alimentar y contener a los medios de comunicación interesados en la nota fácil o amarillista, dejando campo fértil a la crítica.

El cambio que tanto se anunció y que ahora sirve para temas de mensajes publicitarios de la oposición, conllevaba un precio a pagar en términos de madurez y experiencia de la administración pública, mismo que se nos ha encarecido.

Nuestra historia está plagada de acontecimientos que se desataron por nuestra incapacidad para ponernos de acuerdo y atender las necesidades y los intereses nacionales. Perdimos el norte de nuestro País por esta causa.

Dice el refrán que: “Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre” y en el caso, ni ha sido tan mala la actuación de Fox, como tampoco ha cumplido mucho de lo que prometió (iba a solucionar el caso de la guerrilla en el sureste de México en 15 minutos), sin embargo, sólo unidos podremos enfrentar los retos de estos tiempos modernos.

La unión de los mexicanos no significa consenso político, sino un propósito nacionalista compartido, donde tratemos de sacar adelante los intereses de la mayoría y defendamos la verdad por encima de todas las cosas.

Hoy, más que nunca, debemos estar juntos y comprometidos, trabajando en el interés nacional, ya que sin duda seremos presionados por los dirigentes de las potencias extranjeras que buscan atender a sus propias necesidades. Cito como muestra las declaraciones del político norteamericano Kenneth M. Pollack, que fue funcionario durante el Gobierno de Bill Clinton: “La relación entre México y Estados Unidos es muy importante, pero creo que la administración querrá castigar a cualquier país que no quiera ir con nosotros... si no cooperan con Estados Unidos en el más importante asunto que tiene, pagarán un precio” declaración hecha en relación a la posible guerra en medio oriente.

Otro que declaró, fue el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco), Arturo González Cruz, quien señaló: “México debe apoyar a Estados Unidos en la guerra contra Iraq”, y recomendó al presidente Vicente Fox “reconsiderar su rechazo a la postura belicista de Washington”, luego agregó: “Sin menoscabo de la vocación pacifista que ha caracterizado a México, se debe tener claro que Estados Unidos no sólo es nuestro buen amigo y vecino, sino que también es y seguirá siendo nuestro mejor aliado. Somos una Nación que le apuesta a la paz, pero en caso de un conflicto bélico debemos apoyar al pueblo norteamericano. Ser nacionalista no significa estar en contra de Estados Unidos”, dejando entrever con su declaración una pésima educación escolar y una severa ignorancia en cuestiones de historia nacional.

Pero nada más desventurado que las declaraciones de un académico del Distrito Federal que dijo: “Fox tiene que liderar al País, no obedecer a la opinión pública y comenzar a transmitir la idea de que probablemente tengamos que votar con Estados Unidos”, negando el fin último de un mandatario democrático electo por el pueblo: cumplir con el interés nacional y las encomiendas que le hicieron los electores, mostrando con su declaración su herencia histórica de sumisión.

Y para colmo agregó: “Francia, China, Rusia, generalmente votan sus intereses, no sólo su conciencia. No podemos ser “los palomos” de la película. Tenemos que tratar de evitar la guerra, pero si todos los países se van a alinear con Estados Unidos, como creo que será el caso, no podemos quedarnos fuera”, dando al traste con la función sustantiva de la institución mundial llamada Universidad: la defensa de la verdad, de paso, rompiendo con los valores trascendentes de justicia. Así de despistados estamos, que hasta los que debieran ser libres pensadores no lo son.

Lo invito a reflexionar sobre el tema, que consultemos a los que saben y defienden los valores trascendentes por encima del pragmatismo y materialismo, a que empecemos a tomarle un especial interés a la solidaridad y nacionalismo, que se trata de nosotros y de nuestra Patria, por mucho que les parezca utópico a algunos.

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