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MÉXICO, DF.- “Siempre estoy en campaña, trabajando por México y en eso no vamos a aflojar, vamos a chambear duro para que el cambio siga adelante y este país sea maravilloso”, dijo el presidente Vicente Fox luego de ir a misa a la Basílica de Guadalupe y comer en un restaurante de comida mexicana en la colonia Lindavista.
Acompañado de su esposa Marta Sahagún, el mandatario recibió innumerables manifestaciones de afecto, gente que le estiraba la mano, le gritaba “Fox!”, le pedía la foto del recuerdo y papás que levantaban a sus pequeños en hombros para que lo vieran.
“¡Échale ganas!”, fue el grito que remató sus actividades dominicales, a la distancia, de uno de los comensales que desde la puerta del restaurante lo vio subirse a la camioneta.
En la Basílica, en el día de la Candelaria, en la tradicional bendición de los “niños”, se formaron remolinos humanos a su paso, de feligreses que lo querían saludar, a él y a su esposa, con rostros emocionados y sonrientes.
Señoras que con prisas se sacaban la pluma de su bolsa y un papel y como podían entre el tumulto escribían su nombre, su teléfono y la demanda de “ayúdeme!”. Le tocó al sacristán mayor Juan Aranguren oficiar la misa.
Mencionó la llegada del presidente, pero nada a la hora de la homilía, se concretó a destacar el significado de la Guadalupana y el amor que ella y Dios tienen por sus hijos.
El compromiso de quienes asisten al templo de limpiar sus corazones y hacer a un lado resentimientos, aplicar la amnistía general en los hogares y en el trabajo.
Fox y Marta Sahagún, una vez terminada la misa, se retiraron dando la mano y repartiendo besos.
De ahí se fueron al restaurante, a la colonia Lindavista, en su camioneta, un recorrido por las calles que le permitió al presidente Fox observar que hay “un poco de basura en la ciudad, pero ya habrá que irla recogiendo, alguien tendrá que recogerla, necesitamos una ciudad más limpia”.
En la mesa del restaurante, más fotografías, saludos, niños que se ponían a platicar con la pareja y un cuarteto de cuerdas que los complació con la canción “Ojos cafés”.
Comieron las típicas chalupas, ensalada de nopales y un mole poblano con pechuga y arroz con leche de postre.
El presidente salió sonriente.
- En muchos países hacen campaña los presidentes. ¿Usted defenderá el derecho a hacer campaña? - Esta es la manera en que los mexicanos pasamos los domingos.
Hay quien se va al fútbol, hay quien se va al béisbol, hay quien se va a Chapultepec, hay quien se va con la familia fuera de la ciudad. A nosotros, cuando estamos aquí en la ciudad de México nos gusta primero ir a misa y después a un restaurante.
- ¿No está en campaña presidente? - Siempre estoy en campaña, siempre estoy trabajando por México y en eso no le vamos a aflojar. El cambio tiene que seguir adelante, vamos a chambear duro para que el cambio siga adelante, para que este país sea grande, sea maravilloso, para que tengamos una gran nación y para eso se requiere hacer muchos cambios, muchos más cambios.