Cumpliendo con la función de informar y en respuesta a la vocación que le es propia a El Siglo de Torreón como defensor de la comunidad, hemos publicado un reportaje que concierne a la sociedad de Durango y a la región en general. El tema ha trascendido los límites locales para ser tratado a nivel nacional, debido a la importancia del suceso y a la singularidad del fenómeno.
Se trata de una forma de asociación informal de jóvenes, que de acuerdo a la percepción de la comunidad constituyen una interpelación que debe ser atendida. A los integrantes del grupo se les atribuyen hechos delictuosos que oscilan entre simples amenazas y agresiones físicas, ataques a domicilios e incendios de vehículos en contra de quienes consideren un obstáculo para sus enigmáticos objetivos.
Aparecido el escándalo, se han suscitado acusaciones mutuas con tintes partidistas atribuyendo a protagonistas políticos la paternidad del grupo, lo que enturbia el tratamiento de la cuestión. Por ello es indispensable que las autoridades del Estado de Durango digan esta boca es mía y presenten un informe soportado en las denuncias concretas que existan, trabajo de investigación y documentos, cosa que hasta ahora no ha ocurrido.
El gobierno que preside el licenciado Ángel Sergio Guerrero Mier y en particular la Procuraduría de Justicia de Durango están obligados a fijar una postura sobre el particular. El trabajo periodístico se limita a exponer y difundir los hechos tales cuales son apreciados por la comunidad y en el caso falta un informe oficial que plantee el problema, su dimensión y sus alternativas de solución.