Es cierto que sólo vamos de paso, que nadie se salva de morir, y que no somos eternos. Con el paso de los años cada uno hemos visto cómo personas allegadas a nosotros han ido abandonando este mundo terrenal. Los abuelos, padres, hermanos, tíos, primos, amigos, etc., por lo que sólo nos faltaría preguntar ¿Y nosotros cuándo? Nadie lo sabe, pero el día menos pensado también moriremos.
Gente con la que convivimos y disfrutamos gran parte de la vida, pero que desgraciadamente ya no están con nosotros, se fueron, dejándonos un gran vacío con su ausencia, y aunque en cierta manera reconfortados, porque sabemos que están disfrutando de la presencia del Señor, es increíble ver cómo la nostalgia, la tristeza y el sentimiento nos invade en estos días.
Algunos recordamos la pérdida de nuestros padres, un hermano, un amigo y por qué no decirlo un amor que ya terminó. Todas esas personas que dejaron un gran vacío; pero si estos días en lugar de acongojarnos o ponernos a llorar, viéramos por nuestros enfermos y les dedicáramos el tiempo necesario, poniéndonos a platicar, animarlos a superar su enfermedad o su pena, ¿no crees que sería bueno llamarle al amigo o amiga que hace tiempo no ves? Hazlo ahora y verás que te sentirás bien. No esperes a que alguien te dé la noticia mañana de que esa persona ya no está con nosotros, porque pasó a mejor vida.
Deja por un momento tus ocupaciones, recuerda que sólo vamos de paso, tu mismo (a) lo has experimentado, pues cuántas personas hemos conocido en nuestra existencia y ya no existen ¿Verdad que sólo vamos de paso? o ¿crees que tú eres eterna? ¡Imposible, tu también eres mortal y algún día morirás! Entonces ¿qué esperas, comparte esos momentos que se presentan en la vida. Hazlo ahora y no esperes para mañana, porque cada segundo, cada hora y cada día que pasa la vida se nos va.
Carta de un pequeño al Niño Dios
Querido Diosito, me dicen que no debo mentir y cuando digo la verdad me regañan. Ayer mi padre se molestó porque dije delante de sus amigos que trataba muy mal a mamá. No sé si hice mal, o es mejor callar que decirlo. Él se enoja cuando yo lo cuento. Yo no puedo enojarme como él lo hace. Me dice que no está bien que me junte con ciertos niños y antes de dormir me obliga a rezarle a Dios que nos enseña que todos somos iguales y hermanos.
Mamá dice que debo parecerme a mi papá, pero mi padre dice por teléfono que está enfermo para no ir al trabajo, y se gasta todo el sueldo tomando. Yo sé pensar, tengo mis gustos propios que son distintos de los de mis padres y a veces me dan ganas de gritar y protestar. Por ejemplo, cuando mi papá me manda callar sólo porque él tiene ganas de hablar o porque pienso distinto; cuando me obliga a jugar a la calle sólo porque él quiere ver en paz la televisión, carga mi vida con prohibiciones, negaciones: ¡No hagas, no hagas y no hagas! Y obligaciones ¡debes, debes y debes! Para nosotros los niños sólo existe el verbo ?deber?, nunca el ?poder?.
Juegan conmigo como un muñeco cuando tienen ganas. Si yo no tengo ganas, juegan lo mismo y encima me llaman caprichoso o engreído. Ellos deciden siempre cuándo jugar conmigo, pero yo no puedo elegir nunca el horario para jugar con ellos. Y cuando ellos dicen no, yo no puedo llamarles la atención, ¡Porque soy un niño! Sin embargo, Tú Señor, naces para decir: Si no se hacen como niños no entrarán al reino de los Cielos, y a nosotros no nos dejan serlo.
Nos obligan a tener malicia, el egoísmo y la hipocresía de los mayores; nos obligan a decir lo que no sentimos. Diles que ser niño no es un defecto, ni un pecado, ni una limitación, ni un juguete bonito para los mayores. Tal vez por eso en la Navidad nos compran muchos juguetes, para hacernos como ellos. Que nos den su tiempo, su comprensión, que nos respeten. Diles, en esta Navidad, que un niño es un valor único, irrepetible en la vida y ciertamente -tú mismo lo afirmaste- un valor que no puede morir en el hombre.
En bien del prójimo
Los Clubes de Leones de Torreón, Centro, Torreón, Poniente y Gómez Palacio, A. C., preocupados por las carencias que existen en nuestra población, solicitan de la comunidad en general, ropa, juguetes, chamarras, así como artículos que componen la canasta básica. Todo, en la próxima Navidad, será llevado a los lugares más apartados de nuestras comunidades, lo que se sumará a las aportaciones que cada Club haga.
Por otra parte, el Club de Leones de Gómez Palacio, A. C., celebrará el día 31 de diciembre el tradicional baile de fin de año, cuya finalidad es acercar a los socios con sus familias así como la gente que gusta de recibir el año nuevo en un ambiente de alegría y diversión.
Se ofrecerá una rica cena cuyo costo incluye el boleto de entrada que será de 150 pesos. Habrá gorritos, serpentinas, pitos y muchas sorpresas más. El baile lo amenizará el grupo Los Aristocráticos, cuyo ambiente será sensacional. Los boletos pueden adquirirse en las oficinas del Club con domicilio en calle Mina, número 1571 sur en la colonia Las Rosas de la vecina ciudad de Gómez Palacio. Dgo.
Reflexión Leonística: La soberbia y la humildad nunca irán de la mano, cada cual va por su lado.
?Nosotros Servimos?.