San Francisco (EU), (EFE).- Desde súper cinturones de conducir hasta enormes guantes para fregar, los obesos cada vez disponen de mayor número de productos a la medida que, aunque les hacen la vida más fácil, también restan incentivos para adelgazar.
La obesidad sigue extendiéndose como la pólvora por EU y, con ella, toda una industria para satisfacer las necesidades de un sector de la población que no puede dormir en camas "normales", fregar con los guantes que se venden en los supermercados o, en última instancia, usar los mismos féretros que los demás mortales.
Artículos como calzadores para evitar tenerse que agachar, esponjas con largos mangos que llegan a todo el cuerpo o balanzas capaces de pesar hasta media tonelada hacen la vida más fácil a este sector de la población y, de paso, dan de comer a cada vez más negocios.
Este es el caso de AmpleStuff (traducido como "artículos amplios", en la dirección de internet www.amplestuff.com), cuyos artículos de viaje, sanitarios o para el baño -desde extensiones para los cinturones en los aviones y automóviles hasta toallas con las que arroparse después de la ducha- son tamaño Goliat.
Los fundadores, Nancy Summer y William J. Fabrey, crearon esta empresa para "mejorar las vidas y la autoestima de la gente grande" y, a juzgar por la foto de familia que aparece en su página web, saben bien de lo que hablan.
Otras compañías, como Large Directory (traducido como Gran Directorio, en la web LargeDirectory.com) ofrecen artículos de ropa, zapatos y joyería.
Las tallas mas grandes ya representan el 20 por ciento de todas las ventas para mujeres, según datos de la industria, por lo que buena parte de las grandes superficies, como Target o Nordstrom, ya disponen de tiendas especializadas donde sólo se encuentran las tallas más grandes.
Los obesos disponen de un sinfín de agrupaciones, como la Asociación de Obesos de EEUU, que lucha para que la obesidad se considere una enfermedad y se pueda tratar a través del seguro médico, o la Asociación Nacional Para Proteger la Aceptación de los Gordos (NAAFA), enzarzada en un pelea contra las aerolíneas que cobran más a las personas que no caben en un solo asiento de avión.
Ambas se congratulan de los avances contra la discriminación y para favorecer los derechos de los voluminosos.
Sin embargo, el fenómeno también tiene su cruz: tantas mejoras corren el riesgo de hacer de la obesidad algo normal y, por tanto, podrían frenar la lucha contra lo que Julie Gerberding, directora de los Centros para la Prevención de las Enfermedades (CDC), califica del "principal problema de salud en este país".
Gerberding cita estadísticas que muestran que el 65 por ciento de los adultos estadounidenses padece obesidad o sobrepeso, lo que la directora del CDC califica de "catástrofe" para EEUU.
A pesar de la existencia de docenas de dietas, pastillas y demás remedios más o menos milagrosos y de las campañas publicitarias de las autoridades, el porcentaje de estadounidenses con sobrepeso (50 kilos o más) se cuadruplicó entre 1986 y el 2000, según los datos oficiales.
Esta epidemia también llegó a las mascotas, según muestra un informe reciente del Consejo Nacional de Investigación que indica que al menos una cuarta parte de los perros y gatos están gordos, lo que incrementa el riesgo de que contraigan enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud.
El estudio indica que entre un 30 y un 40 por ciento de los perros y gatos domésticos se volverán obesos si se les deja comer todo lo que se les antoje, al igual que ocurre con los humanos.
Para unos y otros, el consejo de los médicos es el mismo: comer menos.