Originario de Nazas, Dgo.,el aficionado pinta paisajesy rostros de famosos
TORREÓN, COAH.- Logra buenos trabajos artísticos, más por afición que por creación, porque antes que a la pintura, don Pedro Ríos Luna se dedica a la música. Entonces, de alguna u otra manera siempre ha estado ligado a las manifestaciones culturales.
Originario de Nazas, Dgo., don Pedro pinta paisajes y rostros famosos desde hace mucho tiempo. Tanto, que ya ni siquiera recuerda cuántos años. De lo que sí está seguro es de su pasión por plasmar en papel, cartulina o tela las figuras que le llegan a su imaginación, o que encuentra a su paso por su bella ciudad.
Porque éstos son los cuadros que más pinta, los de escenas típicas de su comunidad, los inmuebles coloniales, árboles, plazas y muy especialmente el templo de Santa Ana, patrona de Nazas.
No vive de lo que pinta. Al contrario, nunca ha vendido cuadros, más bien los regala entre sus amistades y a quien le haya hecho algún comentario. Sus creaciones son para “pasar el rato”, como él mismo dice, o para encontrar una relajación espiritual.
Su obra más representativa es la titulada Bajo el Cielo de Nazas, que es precisamente la que retrata la fachada del mencionado templo. Lo ha plasmado de todas formas: de frente, de un costado y del otro.
Quizás, es que se haya dejado atrapar por lo sereno de sus paredes que invitan a los fieles a encontrar el consuelo espiritual que tanto buscan. O por los cielos azulados, que enmarcan el ambiente pueblerino, apacible y cálido a la vez.
Pero, también, están los retratos de Pedro Infante, Agustín Lara o Verónica Castro, y el de La Abuelita, que ganó el primer concurso de una actividad realizada por la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), alusivo al Día de la Madre. Eso, allá por la década de los 60’s.
Con tristeza, recuerda la beca que perdió para profesionalizarse en el área de las artes visuales, en la UJED. Sólo porque estaba casado, por eso se la dieron a alguien más joven y sin compromisos. De eso, también hace muchos años.
De cualquier modo, don Pedro siguió pintando. Pero también siguió en la música, porque desde hace tiempo forma parte de una agrupación llamada Alegría Tropical. Es el trompetista. Empezó en esta disciplina en el año de 1946, con la orquesta Siglo XX en la que se encargaba de la batería.
Y mientras tenga vida, don Pedro Ríos Luna seguirá con sus óleos, porque es ahí donde encuentra una gran terapia. Se olvida de las preocupaciones diarias, y además se convierte en artista.