México (Notimex).- Desmañanados, muchos despiertos desde las primeras horas de la mañana, un gran número de los niños de esta ciudad se levantan de sus camas el 6 de enero en busca de los regalos tan deseados y solicitados a los generosos Reyes Magos, con la esperanza de que sus cartas hayan sido leidas y cumplidas.
La ilusión que acompaña a los pequeños a lo largo de todo un año, se expresa mediante cartas que por distintas vías llegan a las manos de Melchor, Gaspar y Baltásar, aunque algunos niños capitalinos todavía están indecisos sobre el o los juguetes que merecen la pena exhibir a sus "cuates".
Para niños, jóvenes, adultos y viejos la fantasía es una maravillosa necesidad, especialmente, en esta época del año cuando la tradición de los Reyes Magos es muy rica, pues estos personajes ayudan a todo mundo, y apoyan a los pequeños en su desarrollo y los enfrentan a la escala de valores de bueno y malo, según especialistas. La Navidad invita a expresar el cariño por los demás, Santa y los Reyes Magos ayudan a normar la conducta de los niños de que tienen que compartir con el que no, en un signo de humildad que no esta forjado en un alguien, sino en una fantasía. No importa si Santa o los Reyes existen o no, hay que atender los valores que transmiten como son el dar, entregar y compartir.
El doctor Richard C. Robertiello, en su libro "Abrázalos estrechamente, y después déjalos ir", escribe sobre Santa y otras tradiciones:
"Se trata de fantasías inocentes que producen mucho gozo a los niños y sería una lástima privarlos de tales placeres. Jamás he visto que la confianza de un niño en sus padres haya disminuido porque se le engañara al respecto".
Parecería que el niño comprende la necesidad de la fantasía y siente que se hace por su propio bien, de manera que nunca lo toma como un motivo de desconfianza o rencor contra sus padres, propone, "yo no diría a mi hijo que no existe Santa ni los Reyes Magos, hasta que como a los seis años, él mismo se dé cuenta claramente y entonces no tiene sentido seguir mintiéndole al respecto".
Muchos mitos o creencias se caen, en el caso de estas fantasías y cuando el niño va creciendo y pasa a otra etapa, se da un mecanismo muy curioso, reflexiona la sicóloga social y especialista en atención a niños, Graciela Fedenaje.
"El niño cree porque se lo dicen los padres, que son personas en las que confía, en este caso la creencia en los Reyes Magos sufre una transformación".
El niño convencido de su existencia cae presa de pánico ante la idea de que esa existencia pueda ser desmentida por la realidad, pero al final, cuando el niño cae en conmoción, en esa decepción, hay un mecanismo interno propio de la misma creencia, el niño se recobra y el mismo va a conservar esta creencia al precio de una transformación que la vuelve mágica.
Para un niño escribir una carta a los Reyes Magos significa algo muy importante, pues ha esperado todo el año para ver sus sueños realizados.
Muchos adultos se olvidan de la fantasía, la dejan totalmente enterrada en el pasado y no disfrutan los cuentos e historias maravillosas que muchas veces son contadas por los abuelos que ya recuperaron es mágica manera de ver la realidad.