Reuters
CARACAS, VENEZUELA.- Si usted piensa que la crisis política de Venezuela se alargará por un tiempo indeterminado, tiene razón.
Por una extraña falla masiva, los relojes en Venezuela van más despacio, debido a una baja de energía que está debilitando el sistema eléctrico de todo el país. Al finalizar el día, a los lentos segunderos les quedan todavía 150 segundos por recorrer para alcanzar la medianoche.
"Todo lo que tiene que ver con el tiempo se ha retardado. Si es un reloj que funciona con electricidad, está corriendo despacio", dijo Miguel Lara, gerente general de la red nacional de suministro de electricidad.
"Las computadoras no son afectadas. Los televisores no son afectados. Ningún aparato es afectado; solamente los relojes", añadió.
El problema le ha quitado 14 horas y 36 minutos a los venezolanos durante 12 de los 13 meses pasados, dijo Lara.
¿Quién tiene la culpa?
En un país claramente dividido entre amigos y opositores del presidente Hugo Chávez, no es sorprendente que algunos adversarios hayan culpado, en broma, al presidente del caos de los relojes.
Pero en realidad parece un azote de la madre naturaleza al padre tiempo. El río que mueve la mayor planta hidroeléctrica del sudeste de Venezuela perdió fuerza debido a una severa sequía en febrero de 2001. Para prevenir racionamientos, el gobierno bajó la frecuencia de la corriente.
Por lo menos un experto en tiempo fue sorprendido fuera de guardia.
"Es la cosa más extraña que he oído", dijo Dan Nied, jefe de la Escuela de Relojería de Estados Unidos. "Pero es verdad. Los relojes están corriendo más despacio", dijo.
En los relojes comunes de cuarzo, una pequeña alteración en la frecuencia disminuye la velocidad de la vibración del cristal que regula el tiempo, dijo, agregando que "la gente se debe estar volviendo loca".
¿Cuál es el problema?
Los venezolanos se han tomado su problema de tiempo con calma. Un controlador de tráfico aéreo dijo que en su oficina corrigen los relojes cada ciertos días o meses sin que hasta ahora se presente incidente alguno.
"Sí. Aquí está pasando, pero corregimos los relojes cada tres meses y no hay problema", dijo.
Muchas personas en las calles de Caracas ni siquiera se han dado cuenta de que sus relojes están funcionando más despacio.
"Me levanto con el Sol", dice Rene Osurna, quien trabaja en una compañía transportadora. "Y si llegas dos minutos tarde a la oficina, todos los demás lo están haciendo también, así que no hay problema".