“Tú me dijiste que ibas a hablar con los tuyos”. Un diputado da cuenta en qué términos se trabó la conversación, teléfono en mano, entre la lideresa de la bancada priista en la Cámara de Diputados, Elba Esther Gordillo Morales y el líder del CEN del PRI, Roberto Madrazo Pintado, si cierto es que estaba en el otro extremo del hilo telefónico. Ella le reprochó a él su falta de gestión. Estando con legisladores que la acompañaban a la salida de la ex hacienda San Andrés Atoto, en Naucalpan, donde se realizó un encuentro de diputados priistas, Gordillo acusó a Madrazo de haberle jugado sucio por no dialogar con “sus diputados”.
La información periodística señala que se trataba de aprobar el presupuesto de la Cámara para el 2004 con la orden de ser votado a favor y sin mayor cuestionamiento. Antes, si creemos en el testimonio de varios diputados federales, la profesora Elba Esther se había negado en varias ocasiones a tomarle la llamada al jefe de su partido.
Esto no tiene parangón en la historia reciente del PRI. Algo anda mal en el quehacer de la dirigencia priista. Por lo pronto se advierte que a su trabajo le falta pulcritud. Un centenar de legisladores priistas, hartos de ser tratados como empleados e ignorados en la toma de acuerdos políticos, escenificaron una rebelión contra la conducción facciosa que, dicen, ejerce la maestra. Todo implica un intento de subyugar a personas mayores. Lo que queda al descubierto es la ausencia de un liderazgo inteligente que, sin denigrar a sus compañeros, asuma las consecuencias de un resultado adverso. A Elba Esther, sus compañeros diputados le hacen fuertes reproches, acusándola de que se está conduciendo en forma arbitraria, abusiva, prepotente y arrogante.
Da la sensación de que carece de talento para navegar en las procelosas aguas de la política. Se pide renuncie como coordinadora, indicando, con sarcasmo, que ahora en la Cámara de Diputados no hay albazos, sino elbazos.
Lo que se han de preguntar los priistas, es: ¿no mide los tiempos porque está embriagada de poder y de soberbia? Será verdad lo que se comenta, que Madrazo con discreción ¿le estará soltando cuerda para que sola se tropiece? Lo que está patente es que la profesora debió dejar la secretaría general de su partido al asumir el liderazgo de la bancada priista, sin que hasta la fecha lo haya hecho. Antes, en medio de una algarada protagonizada por gobernadores, se desligó del “palomeo” de las listas de quienes iban a figurar como candidatos plurinominales, sin importarle que quedaba mal parado el número uno del PRI.
Con su conducta ¿ha querido dejar en claro que tiene piernas para ganar la carrera hacia la candidatura, sentando por primera vez a una mujer en la silla presidencial? Por lo pronto, lo único que un sagaz observador puede apreciar es que la mentora no tiene pelos en la sin hueso. Está enterada de que su superior jerárquico en el PRI no tiene una organización detrás. Sabe que a ambos los apoya el señor de Agualeguas, pero, con la ventaja que le da el ser su eminencia gris en el sindicato de maestros, SNTE, no le tiene el más mínimo respeto a quien, dentro de su partido político, debería reconocer como su jefe.
Sea una cosa u otra, la ventaja que les proporcionó un gobierno aletargado, poco a poco se estará perdiendo mientras los priistas siguen cultivando la discordia y provocando el divisionismo. Lo que quizá la maestra no quiere reconocer es que hay un rango por encima de ella. Los que la están mirando desde afuera advierten que su debilidad es, además de no tener consideración con sus superiores, el no respetar las promesas de campaña que hicieron los priistas en los pasados comicios para acceder a una diputación federal, puntualizando que el IVA en alimentos y medicinas no pasaría.
Los que demuestran malquerencia la acusan ahora de ser una colaboracionista del gobierno foxista. Esto es, que traiciona las causas populares que enarbola su partido. En fin, lo que debe dolerle hasta los tuétanos es que Alfonso Ramírez Cuéllar, coordinador del área de finanzas públicas de la fracción del sol azteca, la llamara amanuense del Ejecutivo Federal y que haya revelado que negoció las reformas a la ley en las casas residenciales de los “grandes magnates empresariales del país”.