TORREÓN, COAH.- El matador de toros Luis de la Huerta Flores, figura del toreo mexicano en la década de los años sesenta, se encuentra de visita en esta ciudad para recordar viejos tiempos de su vida taurina.
Novillero, torero, apoderado de varios matadores, ha sido un apasionado de la fiesta brava, en la cual se inició como becerrista a los 14 años de edad.
La vocación por los toros, la heredó de su padre, quien en vida fue un conocedor de la tauromaquia mexicana.
Luis de la Huerta Flores nació el ocho de abril de 1943 en la ciudad de México, tomó la alternativa como matador de toros en mayo de 1964 en la gran plaza de la capital de la República, participó en varias corridas en España.
Por su forma de torear le apodaban ?El Callao?, ya vestido de luces, su primer novillo fue el 24 de febrero de 1962 en la desaparecida plaza de toros ?El Redondel? de Tlanepantla, Estado de México.
Participó en diferentes carteles, en las plazas donde se presentaba logró despertar la admiración de los aficionados taurinos.
Una de los cosos en donde vivió tardes de gloria fue el de Tapachula, Chiapas, el primero de enero de 1967, de esa corrida surgió un paso doble escrito en su honor.
Paso doble a Luis de la Huerta
En Tapachula toreó
un buen torerazo
con capote, espada y muleta,
era un artista de la fiesta brava
llevaba en el alma ansias de gloria
no le importaban insultos de ebrios
porque primero que nada
eso lo quitaba de su memoria.
Y con coraje, con su capote
provocaba delirios
para que los villamelones
dejaran su cobardía
con devoción infinita
le imploraba a la virgencita
que le guiara la vida en una magnífica plaza.
Que se llene la plaza,
pero de fiesta brava
muchos no saben nada,
pero sigue luchando
Luis de la Huerta
para llegar a la Gloria por la puerta principal.