Cancún, Q.Roo.- Con un rostro que revela el fin de la juventud, el peso de una tragedia familiar que lo persigue y un largo historial de amores, el cantante mexicano Luis Miguel llega a los 33 años y comienza un nuevo capítulo en su vida.
En esta nueva etapa podría entrar el matrimonio, como ha admitido estos días el cantante en algunas entrevistas ofrecidas con motivo del lanzamiento de su nuevo disco, 33, que presentó oficialmente el lunes pasado en el balneario mexicano de Cancún.
Tan feliz y confiado se siente Luis Miguel en el terreno sentimental que no sólo piensa en casarse un día, sino también tener hijos para poder jugar con ellos.
“Sí puede existir la posibilidad de que en mi vida personal pueda formar una familia, tener hijos y poder casarme. Este tipo de cosas se pueden dar en mi vida, no está descartado nada.”
El cantante fue más allá y en declaraciones a la periodista María Celeste Arrarás, de la cadena Telemundo, se refirió a su compañera cubano-estadounidense Mirka Dellanos, con quien según la prensa mantiene una relación sentimental, para decir que ambos tienen en común “una amiga a la que los dos queremos mucho”.
Luis Miguel, quien siempre ha sido muy celoso de su vida privada, demostró en la presentación de su nuevo disco que el paso del tiempo no perdona. La prensa, por ejemplo, no dejó de especular sobre la posibilidad de que el intérprete use peluquín o se haya hecho un injerto para disimular su pérdida de cabello.
Su rostro, que según los rumores tendría algunos retoques, también demuestra que ha llovido mucho desde que aquel niño de doce años conquistara a los mexicanos con la canción 1+1 a 2 Enamorados.
Su figura, su carrera y su hermetismo le han hecho presa fácil de muchas especulaciones desde entonces, que él no está dispuesto a aclarar.
“Soy muy reservado con mi vida personal y lo que sea familia, amigos, relaciones sentimentales, prefiero dejarlas para mí y prefiero que el público escuche buenas noticias (...) Soy cantante, pero no soy artista las 24 horas de mi vida, al cantante lo dejo fuera cuando bajo de un escenario”, dijo Luis Miguel al presentar su disco.
Uno de los temas sobre los que se niega a hablar, por ejemplo, es el del paradero de su madre, la italiana Marcela Basteri, quien desapareció en 1986 tras un viaje a España e Italia.
“El Gran Solitario”, como lo llamó la periodista Claudia de Icaza en un libro que escribió sobre el artista hace más de una década, asegura estar satisfecho con su vida y se sabe querido por su público, al que reconoce el mérito de haberle llevado a la cima e incluso de regalarle una estrella en la constelación Aries.
Sin embargo, Luis Miguel admite que el coste que ha tenido que pagar por su popularidad es muy elevado. “La soledad es una parte que ya ha estado conmigo durante muchísimo tiempo y ya de hecho me he acostumbrado a ella de forma positiva”, comentó a la prensa.
“Pero claro que disfruto mucho más una buena compañía, gente bonita que me aporte, amigos, una bonita relación con las personas que me rodean en mi trabajo”, dijo, para agregar seguidamente que se considera una persona que no le tiene “miedo a la soledad”.
“Es algo (la soledad) que va implícito y está dentro de mi vida todos los días”, añadió.
De lo que no se puede quejar Luis Miguel es de su intensa vida sentimental, pues se ha relacionado con varias mujeres que también han estado en el candelero.
Entre ellas destacan la nieta de la actriz mexicana Silvia Pinal Stephanie Salas, quien asegura tener una hija suya, la artista Lucía Méndez, la animadora televisiva Daisy Fuentes y la cantante Mariah Carey. A esta lista se le añade ahora Mirka Dellanos, como parecen confirmar unas fotos de la pareja en Venecia recientemente publicadas por la prensa.
Con 33 años de edad y 21 de carrera, el “Sol”, como se le conoce en México, sigue siendo uno de los principales cantantes del país, pero también uno de los más enigmáticos.