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Brasilia, Brasil.- El nuevo gobierno brasileño anunció ayer que aplazará hasta 2004 una licitación para comprar doce aviones cazabombarderos para la Fuerza Aérea por valor de unos 760 millones de dólares para utilizarlos en el financiamiento del programa de combate al hambre y otros proyectos sociales.
La decisión anunciada por el ministro de Defensa, José Viegas, supone la primera medida concreta y contundente del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que asumió el pasado día primero, para enfrentar los graves problemas sociales que existen en Brasil. El ministro hizo el anuncio en la ceremonia en que puso en funciones al general Francisco Roberto Albuquerque como nuevo comandante del Ejército.
Por la licitación suspendida ya se habían interesado el consorcio europeo SAAB-Bae Sistems, que ofrecía su avión Grippen, y la empresa rusa Mapo-Mikoyan, fabricante del Mig 29.
También la estadounidense Lockheed Martin, con los F-16, y los consorcios franco-brasileño Dasault-Embraer, con el Mirage 2000, y ruso-brasileño Rosoboronexport-Avibras, que ofrecía los Sukhoi Su-35.
Viegas dijo que Lula está convencido de que la compra de los cazas suponía un gasto demasiado elevado para un gobierno que está decidido a combatir las seculares injusticias sociales que existen en el país, sobre todo el hambre, que según distintas fuentes sufren entre 25 y 50 millones de brasileños.