Lupita de Murra es coleccionista de valiosas piezas antiguas que luce en su hogar.
Torreón Coah.- Nadie puede salvarse de “curiosear’’. Ingresar a su hogar es una valiosa oportunidad para admirar su completa colección de artículos antiguos que decoran las amplias habitaciones de su casa localizada en un exclusivo sector residencial de la ciudad.
Lupita Núñez de Murra dice disfrutar y saborear el atesorar piezas, algunas herencia de familia y muchas más adquiridas con el transcurrir de los años, -desde hace 15-, que ordenadamente ha colocado en espacios específicos a modo de exhibición, como sus numerosas planchas de carbón, protegidas dentro de paredes de cristal, junto a la mesa del antecomedor.
También ahí, área que considera su preferida por ser el punto de reunión familiar para compartir los alimentos; donde hace sus tareas y programas del Club de Jardinería Girasol, se encuentra una máquina de escribir, aportación de su esposo Gerardo Murra Talamás; básculas con pilones de diez y 20 gramos, de medio kilo, uno y cinco kilos, que ha adquirido en tiendas de antigüedades.
Igualmente, en cada uno de los extremos de la amplia ventana se encuentra una estufa, de ésas que se emplearon a finales del Siglo XIX y principios del XX, perfectamente bien conservadas y limpias.
“Sin dejar de valorar y vivir el presente, siento una gran atracción por coleccionar artículos antiguos’’. De sus planchas, destacan de las primeras que usaron los sastres para planchar los cortes y tiene una en miniatura que era para marcar el cuello de las camisas.
Algunas de éstas se ponían sobre carbón para calentarlas, mientras que a otras se les colocaba el mineral en su interior para que generaran calor. “Disfruto ir enriqueciendo mi muestrario de planchas, hacerme de mi repertorio de objetos valiosos’’, expresa muy orgullosa de sus pertenencias.
Una vez que llegó a sus manos una, no ha dejado de adquirirlas; pero su afición no únicamente se limita a reunir planchas, también tiene un radio que perteneció a su abuelo paterno, don José del Carmen Núñez.
“Recuerdo que mi papá platicaba que mi abuelo se instalaba junto al radio para oír las noticias; mientras que nosotras (las niñas de la casa), escuchábamos música’’. Tiempo después, ese radio se rescató y colocó en un lugar especial al que se sumó otro proporcionado por su esposo.
Un tesoro más para Lupita de Murra es una máquina de coser que le heredó su abuela materna, doña Margarita Valdés de Castañeda. Ésta se colocó junto a las escaleras que conducen a las recámaras. “Era una mujer muy hacendosa. Cosía camisas para mi abuelo y hacía manteles individuales’’.
No podía faltar un hermoso fonógrafo que funciona perfectamente. Instalado frente a la entrada principal, en varias ocasiones ha inundado de buena música los interiores de la casa.
Y hablando de sonidos, cada hora, puntuales, se escuchan tres relojes de péndulo, todos color café, los que combinan a la perfección con los majestuosos muebles de madera fina del comedor.
Las imágenes
Lupita también tiene inclinación por reunir madonas con su niño en brazos. “Quiero sentir que nosotros (los adultos) somos ese bebé, y que ella nos cuida. Sí tenemos mamá, pero igual deseamos esa protección espiritual. Yo no la tengo conmigo, entonces le pido protección a la Madre del Cielo’’.
Las Vírgenes, de San Juan de los Lagos, del Perpetuo Socorro, del Rosario, de la Asunción, del Sagrado Corazón ocupan un lugar exclusivo en su casa, a la entrada de la recámara de sus hijas.
Son más de doce hermosas imágenes, “y para mí es como un altar. ¿Qué busco?, la bendición y la protección. Es mi necesidad de que alguien me oriente, de no querer equivocarme al educar a mis hijas’’.
Su gusto por las plantas
Para Lupita de Murra la naturaleza es principio de vida, y bajo esta premisa creó, junto a su amiga Lily Gómez de Acuña un Club de Jardinería Infantil, que a decisión de sus integrantes lleva por nombre Girasol. A él pertenecen un promedio de 16 niñas, comprendidas entre las edades de tres y quince años, hijas y nietas de las damas que acuden al Club de Jardinería Geranio, del cual también es socia.
Este último cuenta ya con una trayectoria de más de 25 años en la Región Lagunera; mientras que el otro se formó dos años atrás.
El propósito de ofrecer estas clases, específicamente los sábados por la mañana, y una vez al mes, “es, en principio, que las niñas se enamoren de la naturaleza. Los infantes son los cuatro elementos: el aire, el Sol, el viento y el agua, entonces disfrutan mucho de la horticultura’’. Segundo, que despierten su creatividad y puedan armar, por ejemplo, una hermosa charola de servicio o una mesa con el empleo de una manzana, una flor y otros elementos.
Con este detalle sorprenderán a su papá, al llevarle a la cama el periódico o un jugo de naranja en una charola bien decorada, en una fecha especial del calendario.
Mujer sensible
Hace meses, un comentario del padre Carlos Tapia, S.J., -quien fue promovido para trabajar en comunidades de África-, motivó en Lupita de Murra un gran deseo de servir al prójimo. En principio pensó en la gente de aquel continente que padece de pobreza extrema; pero luego comprendió que son muchos los laguneros que también necesitan de este tipo de generosidades.
Así pues, a iniciativa de ella, pero con el respaldo de su esposo, Gerardo Murra Talamás y once parejas de matrimonios, se formó el grupo Acción humana... a favor de las sociedades olvidadas, que orientado por sacerdotes Xavieranos, seleccionó varias colonias de la periferia y ejidos para hacerles llegar su ayuda en especie. Se obsequia alimento, ropa y cobijas, y se otorga atención médica a los infantes o bien se beca a alguno de ellos en una escuela de la localidad.
Para hacerse de recursos, el grupo Acción humana organiza conferencias, pues otro de sus propósitos es contribuir con la sociedad, mediante la presentación de temas y expositores en la formación de valores familiares y espirituales.
El año pasado trajeron al conferencista Gerardo Canseco, del programa radiofónico Excelencia Personal; ahora vendrá de la Ciudad de México el matrimonio formado por Aída y Pepe del Río, para ofrecer la interesante plática ¿Para Toda la Vida? ¡Rompe con la Rutina del Matrimonio!
Ésta se efectuará el próximo 16 de octubre, a las 20:00 horas, en el Club de Industriales de La Laguna, A.C., con domicilio en Paseo de la Rosita, número 700 de la colonia Campestre La Rosita de esta ciudad. El donativo personal es de 150 pesos. Para informes y venta de boletos, los interesados pueden comunicarse a los teléfonos 718-08-15, 747-57-00 y 714-60-08.
Los integrantes del grupo Acción humana determinaron que en esta ocasión se hablara del matrimonio, y qué mejor que Aída y Pepe del Río, casados desde hace 19 años y con cuatro hijos, expongan ante los laguneros la importancia de fortalecer la unión entre la pareja.
SABIAS RESPUESTAS
Lupita valora todo lo que le rodea.
* AMISTAD: Es sagrada.
* DIOS: Es mi vida.
* FLORES: Me gusta la rosa, la bugambilia morada, la gladiola y el alcatraz por su sencillez.
* LA LAGUNA: Superación.
* MUERTE: Una trascendencia, pero cuando pienso en eso, creo que es un resucitar en nuestros corazones.
* POBREZA: Acompañar al marginado.
* PRÓJIMO: Ama a tu prójimo como a ti mismo.
FAMILIA
Para Lupita la familia significa amor, unión y respeto, y la suya está integrada por:
* Su esposo Gerardo Murra Talamás.
* Sus hijas Lizeth de once años y Natalia de nueve.
SU FILOSOFÍA
“Trata a los demás como te gustaría que te trataran. No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan’’.