En su forma tradicional la piñata tiene siete picos. Cada uno de ellos representa un pecado capital: la ira, la pereza, la avaricia, la envidia, la gula; ese pobre pecado -muy difamado él-, la lujuria, tan pobre que se acaba con los años; y el más capital de todos los pecados, el peor, fuente de los demás, que es la soberbia.
Los golpes a la piñata son emblema de la lucha del hombre por vencer su innata tendencia a la maldad. Cuando se quiebra la olla y cae de ella una lluvia de dones, eso es símbolo del premio que tarde o temprano recibirá quien hace el bien.
La piñata está llena de dulces.
Pero está llena también de teología.
¡Hasta mañana!...