La orientación que se realiza a través del PAIDEA inicia en los grados escolares de quinto y sexto de primaria
El Programa de Atención a Menores y Adolescentes en Riesgo estima que del universo de jóvenes que se colocan entre los 12 y 14 años de edad en Durango, por lo menos de un cinco a diez por ciento mantiene una vida sexual activa y existen en riesgo de tenerla por lo menos un 20 por ciento, informó Leisle Mirlé Rodríguez Sandoval, directora estatal, quien indicó que a pesar de estas cifras se han obtenido logros sustantivos, sobre todo en la concientización de los adolescentes para que no sólo conozcan el uso de los anticonceptivos, sino también para que sean responsables ante esta actividad.
El Programa de Atención Integral del Embarazo en Adolescentes, PAIDEA, que se ofrece a través del DIF, nació precisamente para atender a este sector que durante años mantuvo altos riesgos sexuales, no sólo de ser padres a una temprana edad, sino también de enfrentarse a otras realidades, como las enfermedades venéreas, la desnutrición al contraer otro embarazo y las dificultades que ofrece la vida misma cuando no se está preparado ni física ni intelectualmente para esto.
Rodríguez Sandoval explicó que en Durango existen, según datos del INEGI, unos 500 mil jóvenes entre mujeres y hombres que están entre las edades de 14 a 19 años; los niños entre los 12 y 14 mantienen un porcentaje mucho menor. Del universo de jóvenes en la entidad, un 48 por ciento corresponde a las mujeres y un 52 por ciento a los hombres.
Los datos del INEGI también establecen que entre un cinco y siete por ciento, de los jóvenes del total que existen en Durango, se encuentran en edad de riesgo y se están embarazando por primera vez. La edad de mayor riesgo para que los adolescentes enfrenten la paternidad es entre los 12 y 16 años; “ya una vez entre los 16 y 19 años están más conscientes de lo que les puede pasar o lo que pueden enfrentar, aunque no están exentos”, dijo la entrevistada.
La Directora del PAMAR estableció que la gran preocupación del PAIDEA es prevenir precisamente a este sector desde temprana edad. La orientación en los 22 municipios que manejan el programa se desarrolla desde el quinto y sexto años de primaria, entre los diez, 11 y 12 años, edades que se registran más en las zonas urbanas; sin embargo, en las zonas rurales es más común que en estos años de educación básica; todavía puedan encontrarse a estudiantes de mayor edad, hasta de 14.
A pesar de la estimación del PAMAR de los adolescentes o pubertos que mantienen ya una vida sexual activa, indicó que el factor de riesgo de enfrentar la paternidad es grande. Afortunadamente el Programa ha surtido efecto positivo en los adolescentes, de tal modo que en el municipio de Durango, en estadísticas del 2001, de mujeres entre los 12 y 14 años que se embarazaron por primera vez, fueron cuantificadas 55 mil y bajaron a 40 mil; también se registraron 17 mil mujeres que ya tienen pareja, que han podido decidir no tener hijos en el año, según el mismo rango de edad.
En el municipio de Gómez Palacio, las mujeres entre los 12 y 14 años, en el total del universo en esta localidad, un 20 por ciento había ya tenido un hijo, mientras que la cifra se ha reducido a un cinco, según estimaciones, también del año pasado.
La orientación que se ha realizado en los niveles de educación básica primaria ha ayudado a mantener mayor conciencia en las edades siguientes, pues, estableció, el periodo de la secundaria básica es crucial, pues son las edades de mayor riesgo.
Mientras los niños de entre 12 y 14 años pueden registrar en cierto porcentaje una vida sexual activa, el porcentaje, que no fue estimado, de niños que mantienen juegos eróticos es muy alto; sin embargo, los niños deben ser orientados adecuadamente, para que esa barrera de los juegos no pasen al coito o se consuma un acto sexual, que finalmente puede crear muchos riesgos para estas edades.
Existe información del uso de anticonceptivos, pero no de los riesgos de la sexualidad
Aunque la información del uso de anticonceptivos es más normal en esta época, no suele llegar con la suficiente precisión a los sectores infantiles, pues generalmente los niños y adolescentes en edad de la pubertad piensan que el uso de preservativos, espumas y otros objetos pueden prevenirlos de contraer una enfermedad. Indicó que los adolescentes mantienen muchas dudas que deben ser orientadas en forma efectiva. No sólo deben tener el acceso sobre el uso de los anticonceptivos, sino que tiene que existir una educación sexual orientada a la maduración en el pensamiento de las responsabilidades que significa la paternidad, según explica PAMAR, a través de Leisle Mirlé Rodríguez Sandoval.