A pesar de estar en el mismo sector de Gómez Palacio enfrentan carencias de servicios en diferentes áreas
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Un desarrollo marcadamente desigual presentan las colonias aledañas al Centro de Readaptación Social de este municipio, entre ellas como entre los pobladores de una misma.
En un recorrido que El Siglo de Torreón realizó, se pudo apreciar que mientras asentamientos como Solidaridad y Niños Héroes gozan prácticamente de todos los servicios públicos y la mayoría de sus casas son de ladrillo o block, El Mezquital y El Mezquital II lucen todavía con muchas carencias.
Sobre la carretera a Bermejillo a escasos metros del ejido Casablanca, se encuentra el entronque para tomar la avenida recién ampliada que sirve de acceso a las colonias cercanas al Cereso.
La Valle del Guadiana tiene poco más de nueve años de fundada y únicamente dos calles cuentan con asfalto. Norma Sena, lugareña, señala: “En las demás sí llegan a pavimentar, aquí nomás hicieron éstas y ya no volvieron a hacer nada”.
Similar situación padece la pequeña Ampliación Casablanca, cuya formación se dio al mismo tiempo que la anterior. “Aparte de la pavimentación, nos hacen falta créditos para levantar nuestras viviendas”, manifiesta Hipólito Solís, quien habita con su familia un diminuto cuarto de ladrillo en una parte y cartón y madera en otra.
La mayoría de las viviendas que se encuentran sobre las dos calles de la Ampliación Casablanca, lucen un aspecto de jacales.
A menos de una cuadra se advierte Solidaridad, establecida por los mismos años que las dos anteriores. No obstante, su fisonomía es muy distinta. La casas están construidas sobre piso firme y con ladrillo o block y todas las calles están pavimentadas.
Pero, no siempre fue así. Cuando recién se asentaron sus pobladores, vivían en jacales y en la carencia total de servicios. “Poco a poco se fue haciendo todo esto”, comenta Flor Adriana Valles, vecina del lugar.
“El único problema que tenemos ahorita es que hay muchas fugas de agua potable... ya las hemos reportado pero no vienen a repararlas”, dice.
La señora Valles explica que durante mucho tiempo estuvieron recibiendo el apoyo de líderes de partidos políticos, pero esto ya no ha sucedido. “A los que atienden muy bien son a los de la Niños Héroes, ellos son los de la Leticia Herrera”.
La colonia citada por Flor Adriana se ubica a pocas calles. Es más nueva que las anteriores, tiene cerca de 8 años de vida, pero ya cuenta con todos los servicios públicos.
La diferencia se vuelve crítica al pasar de la Niños Héroes, en el costado occidental del Cereso, a los Mezquitales I y II, en el lado oriental.
Ahí, el drenaje y el agua potable son servicios que no todos los que ahí viven poseen. La mayor parte de las rúas son de tierra y muy irregulares. Amplios sectores de ambos asentamientos no cuentan con alumbrado público. Las casas, en su mayoría, son de cartón blanco con estructuras de reja de madera.
A falta de postes de luz, 40 vecinos de El Mezquital II “se cuelgan” de tan sólo cuatro medidores. Alrededor de éstos se observa una verdadera telaraña de cables, lo cual implica un gran riesgo de corto circuito. “Ya se han prendido varios jacales”, afirma Guadalupe Trujillo, quien tiene tres años viviendo en esa zona.
Ellos también piden créditos para fincar sus hogares además de que se les apoye con la conexión a la red de alcantarillado. “Sale muy caro, mil 800 pesos”.
Uno de sus familiares interviene: “Los líderes antes nos ayudaban, pero desde hace tres meses ya nada más vienen por feria y a vender despensas y hules”.
¿De qué partido son?
—Del PRI y del PRD, también.
A un costado del “Ceresito” se aprecia la Pancho Villa, la cual tiene cerca de 7 años de existencia. En ella tiene su jacal Blanca Martínez Durán, quien señala que la Presidencia Municipal actual y anterior sí “han hecho algo por la colonia”, toda vez que, asegura, “nos han puesto todos los servicios”.
Sin embargo su casa sigue siendo de cartón. “Es que no hemos podido adquirir el crédito para el paquete de material... cuesta mil 500 y nosotros tenemos que pagar la mitad pero no tenemos”, aclara.
La más nueva y más alejada de todas la colonias aledañas al Cereso y al “Ceresito” es la Leticia Herrera. Con menos de tres años de vida, las casas que en ella se han levantado son en su mayoría de materiales frágiles y poco duraderos. Las calles son de tierra pero ya cuentan en su mayoría con cordonería y postes, a diferencia de asentamientos más viejos como el propio Mezquital.
Según Elvira Roque, lugareña, los terrenos sobre los que viven no son completamente suyos todavía. “La Presidencia nos dio una constancia pero no tenemos todavía los papeles de Corett”.
El drenaje aún no está instalado y los habitantes utilizan fosas sépticas para sus necesidades fisiológicas.
Pero los vecinos confían en que el nombre de la colonia (homónimo al de la alcaldesa gomezpalatina) comience a redituarles en beneficios en cuanto a servicio públicos se refiere. “Sí hay apoyo... dicen que lo que falta, poco a poco lo van a poner”, exclama Elvira.
El perímetro que abarcan los ocho asentamientos recorridos está marcado por la desigualdad de desarrollo y no existe, al parecer, un orden ni planeación.
Muros que no dividen
Los muros del Cereso y del “Ceresito” mantienen aislados a algunos delincuentes. Pero, fuera de ellos, a escasos metros, en las calles aledañas, otros hacen de las suyas.
La percepción de la seguridad pública varía de acuerdo a la colonia en donde se pregunte.
Mientras algunos vecinos de la Ampliación Casablanca, la Solidaridad y la Pancho Villa señalan que los patrullajes de la Policía son continuos y la inseguridad poca, no sucede lo mismo en El Mezquital II y en Valle del Guadiana, no obstante la cercanía que guardan entre cada una de ellas.
Norma Sena, pobladora de esta última colonia, manifiesta que en tan sólo 15 días se han cometido cuatro robos a casa habitación. “A mí, simplemente, en lo que llevo viviendo aquí me han robado cinco veces”.
Comenta que los rondines de las patrullas son escasos por esa zona y que desconocen quiénes son los que llevan a cabo los atracos.
Por su parte, Guadalupe Trujillo y su familia, vecinos de El Mezquital II, expresan que “hay muchos locos por aquí, se juntan a drogarse y luego se pelean entre ellos e, incluso, ya hasta han quemado algunos jacales”.
¿Y la Policía?
—La poli nomás pasa de vez en cuando o cuando ya se acabó todo.
Algunos rasgos que denotan la desigualdad en el desarrollo de las colonias aledañas al Cereso de Gómez Palacio:
- Pavimento en algunas calles.
- Casas hechas de materiales resistentes a un lado de jacales de cartón.
- Drenaje ausente en sectores.
- Calles sin alumbrado público.
- Delincuencia presente sólo en algunas colonias.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón