En 1988, con motivo de los festejos en Torreón, para recordar a sus grupos étnicos, tanto nacionales, como de las diversas latitudes del mundo, le tocó el turno de ser homenajeado Zacatecas por su gran participación en la fundación de Torreón y en su desarrollo, por sus hombres y mujeres que en su momento han dado todo su esfuerzo para engrandecer las actividades tanto industriales, como comerciales, artísticas, y culturales en todas las manifestaciones: pintura, música, poesía, periodismo, política, etc.
En aquella fecha de 1988, yo escribí lo siguiente: “Zacatecas en Torreón y la Comarca Lagunera desde sus orígenes hasta nuestros días. A raíz de la fundación del Instituto Municipal de Cultura, en 1988, por el R. Ayuntamiento presidido por Heriberto Ramos Salas, para que funcionara con el patrocinio del Estado, del Instituto Nacional de Bellas Artes y la Presidencia Municipal, a la cabeza del Instituto quedó Sonia Salum Chávez, quien no ha escatimado esfuerzos por darle a Torreón un alto nivel cultural y lo ha logrado con creces.
En ese año de 1988 comenzó por organizar el “Festival de Torreón y sus Grupos Étnicos”, logrando la participación muy interesante de chinos, alemanes, ingleses, norteamericanos, japoneses, etc., hasta once o doce países en esplendorosa participación, aumentando año con año la organización de conferencias, películas, bailes folklóricos, exposiciones pictóricas, etc.
Además, se han organizado los “Grupos Nacionales” de los Estados que de muchas maneras han contribuido al engrandecimiento de Torreón hasta lograr lo que ahora es. Se ha formado un mosaico de actividades que comprenden todas las ramas del quehacer humano: Agricultores, ganaderos, comerciantes en pequeño, mediano y grande, ferrocarrileros, médicos, escritores, mecánicos, obreros, etc., etc., desde los orígenes de Torreón han convergido gentes de diversas partes de la República en busca de trabajo y de mejor forma de vivir.
Muchos de los primeros que vinieron, ahora me estoy refiriendo particularmente a los del Estado de Zacatecas; aquí se mezclaron con las diferentes razas étnicas y se ha formado una raza fuerte lagunera, capaz de vencer al desierto y convertirlo en un jardín florido.
La señora Salum, me ha encomendado hablar sobre los zacatecanos en Torreón. Solamente se trata de una muestra, porque resultaría imposible hablar de miles y miles de gente buena y trabajadora que han venido a La Laguna en diferentes épocas.
De todos modos, y como un botón de ese gran campo florido, citaré a algunas de las personas, que desde que Torreón era rancho, luego villa en 1893 y después ciudad en 1907, han contribuido con su grano de arena a la edificación de este Torreón actual. Muchos de ellos, anónimos que encallecieron sus manos en las pizcas del algodón bajo las inclemencias del sol abrazador, que junto con el agua, dan vida a estas feraces tierras; otros en el pequeño, mediano o grande comercio, o en alguna industria, en los ferrocarriles, etc...”.