Presentación del libro: “Algunas páginas de la vida de Leonardo Zuloaga, fundador del Torreón”
El autor es el C.P. Gildardo Contreras Palacios, natural de Parras de la Fuente, Coah., donde vio su primera luz el ocho de junio de 1947, siendo hijo de don Juan Contreras Cárdenas y de doña María de la Luz Palacios Calderón.
Gildardo es autor de varios libros de historia regional. Es un acucioso investigador, que hurga los viejos archivos, sabiendo que en esos papeles se encierra la historia; visitando lugares, como panteones, bibliotecas y viejos libros para brindarnos la riqueza de sus hallazgos, como ha ocurrido con sus libros: “Antecedentes históricos a la fundación de El Torreón”, “Parras y La Laguna”, “Más de cien breves documentos del archivo y Matheo de Parras; coautor del libro “Nueva Historia de Torreón” que escribimos hace diez años, en 1993, 14 escritores laguneros, etc.
En el capítulo primero se refiere a la Vida Familiar de Zuloaga: su origen, la villa de Zeamuri en la Provincia Vasca de la Vizcaya donde nació en 1806, hijo de don Pedro Zuloaga y de doña Luisa Olivares; de sus estudios, de sus luchas, de su venida a México radicándose en Saltillo, Coah.; de su matrimonio con doña Luisa Ybarra Goríbar en la parroquia de Parras el tres de octubre de 1834. Nos habla de su hermano Pedro Zuloaga, radicado en Chihuahua y que fue herido en un ataque de los apaches, en una pierna, quedando baldado de por vida.
La mayoría de sus relatos en este libro tienen como guía de correspondencia entre Zuloaga y Vidaurri, poderoso Gobernador de Nuevo León, radicado en Monterrey, N.L.
En el capítulo cuarto La fundación de Torreón: Nos habla el autor del libro que se comenta, de cómo acudieron al Juez Primero de Primera Instancia don Rafael Flores, en la ciudad de Saltillo para formalizar la escritura de compra de la hacienda de San Lorenzo de La Laguna, que los señores don Leonardo Zuloaga y don Juan Ignacio Jiménez, adquirieron de don Jacobo Sánchez Navarro y de su hermano Carlos; nos habla de cómo Zuloaga y Jiménez se dividieron las tierras compradas, quedando Jiménez con la parte de Durango, con división del río Nazas y Zuloaga con la parte de Coahuila.
“No es cierto, dice en una de sus cartas Zuloaga, lo que han dicho a vuestra excelencia que el Torreón está a orillas de mis tierras, está a la cabeza de ellas, al lado derecho del río Nazas, lindando por el norte y oriente (poniente) con el Estado de Durango y rodeado por las hermosas y pobladas fincas de dicho Estado, Santa Rosa, San Fernando, San Carlos y Avilés; donde tengo habilitada una magnífica toma de agua con sus profundas y largas acequias que riegan una labor incalculable...”.
En el corolario nos habla del desarrollo del Torreón al llegar al rango de ciudad en 1907. Cito: “Bajo aquel gran rumor que se esparció por doquier de la existencia de una región donde abundaba el “oro blanco”, los extranjeros hicieron su aparición por el Torreón, lugar cobijado de cerros “grises y pelones”, de ventiscas terrosas, de paisajes desolados, salpicados de cadillos y cenisos mezquites en donde se construía un castillo en uno de sus cerros; y acá llegaron por alguna curiosidad de conocer la villa, probaron el agua de La Laguna y nunca más se fueron, aquí se quedaron a trabajar y a realizar cualquier actividad productiva en completa comunión con los nacionales; juntos todos aquellos pioneros, lograron que la villa alcanzara el rango de ciudad en el año de 1907”.
El libro es ameno y encierra datos poco conocidos que vienen a enriquecer la historiografía de Torreón y La Laguna.