MIAMI, EU.- Los Marlines de Florida regresaron ayer a casa como campeones, y fueron recibidos por centenares de delirantes fanáticos. El lanzador novato Dontrelle Willis empleó una palabra para describir la bienvenida: Electrizante.
Un día después de que los Marlines vencieran a los Yanquis de Nueva York 2-0 en el sexto juego de la Serie Mundial, los fanáticos de Florida aún estaban celebrando. Este es el segundo título para la franquicia, primero desde 1997, y para muchos, esta vez es mucho más glorioso.
Niños corrían por las calles, bien pasada su hora de irse a dormir, ancianas estaban paradas delante de sus casas, despertadas por la algarabía de unos 50,000 fanáticos.
"Yo dormía cuando el juego se acabó", dijo José Márquez, que vive en el barrio la Pequeña Habana, en Miami. "Yo no podía quedarme despierto, me voy al trabajo a las cuatro de la mañana. Quería quedarme despierto, pero mi esposa me dijo que las bocinas de los autos iban a despertarnos de todas formas".
Y así fue. Las bocinas comenzaron a sonar en cuanto el as de los Marlines y Jugador Más Valioso de la Serie Mundial, Josh Beckett, tocó a Jorge Posada para el último out el sábado en la noche. El tráfico se atascó por más de tres kilómetros en el barrio, cerca de la tienda de recuerdos de los Marlines, donde se concentraron las celebraciones de los fanáticos.
La gente ondeaba banderas, tocaba tambores y abrazaba a desconocidos. Un hombre pintó con aerosol "Marlines, Campeones Mundiales 2003" en el costado de su auto, mientras que una mujer vestida de novia se asomó por la ventanilla de una camioneta y agitó una gorra del equipo.
"Es la locura", dijo Susan Miranda, una estudiante de 21 años. "Estoy muy feliz de que hayan ganado. Es increíble, la mejor sensación en el mundo".
Los Marlines serán saludados con desfiles y actos en Miami y Fort Lauderdale el martes.